La audiencia a la que faltó el relator. Foto de Nicolás Garrido. |
Si la colega hubiera leído Relato Oculto sabría que su afirmación (¿de dónde la sacó?) es falsa. Porque entre las páginas 108 y 116 se cuenta con lujo de detalles, y con los nombres y apellidos de todas las fuentes, la historia de esa grabación.
En el libro se dan muchos más detalles, pero lo fundamental, estimada Georgina, puede resumirse así:
La grabación no fue realizada por oscuros agentes secretos de la dictadura. Fue hecha en una fiesta a la que concurrieron unas 300 personas y decenas de artistas reconocidos, entre ellos el por entonces ya famoso cantante de tangos Enrique Dumas. La reunión se hizo dentro del propio cuartel para despedir al entonces mayor Juan Carlos Grosso (hoy coronel retirado) que se iba en misión de paz a Cachemira. Buena parte de los 300 concurrentes eran militares: para empezar estaba presente el batallón Florida en pleno. El resto eran amigos de los militares y artistas invitados. Para los "servicios secretos" esa reunión hubiera sido un fiasco: allí hubo cualquier cosa menos actividades opositoras.
La grabación se prolonga durante casi tres horas. Hay pocos discursos. La mayor parte de la cinta está ocupada por actuaciones de artistas, uno tras otro. Casi todos ellos son cantantes de tango, pero también hay una banda de jazz (la de Santiago Luz), una de lo que entonces se llamaba música beat, un conjunto folklorico y una cuerda de tambores con la que se cerró la fiesta.
La grabación existe, estimada Georgina, porque en aquellos tiempos en los cuales filmar una fiesta entera era algo muy complejo y caro, los amigos del entonces mayor Grosso decidieron grabar al menos el audio para que le quedara como recuerdo. Los viejos cassettes estaban en su apartamento. Y fue él mismo quien nos los prestó, no los "servicios secretos".
Puedes ir a una biblioteca, pedir el libro, y verás estos y muchos otros datos.