28.4.08

El Uruguay sindical

La noticia tuvo difusión mundial: dos astrónomos uruguayos, Julio Ángel Fernández y Gonzalo Tancredi, fueron clave en la decisión de la Unión Astronómica Mundial de quitarle la categoría de planeta a Plutón. Gracias a esta historia, nos enteramos que aquí existen astrónomos cuyos conocimientos son respetados, seguidos y valorados en el mundo entero.
En Uruguay, en cambio, ese conocimiento vale poco. No hay muchas oportunidades de trabajo para quienes obtienen el título de licenciado en astronomía en la Facultad de Ciencias, menos aún para los que siguen estudios de posgrado en el exterior y luego regresan a Uruguay.
Quizás por tal escasez de ofertas laborales son pocos los que se animan a dedicarse a esta profesión: no hay en Uruguay más de 20 licenciados en astronomía y los doctores son apenas cuatro.
Uno de los pocos puestos de trabajo que el país sí puede ofrecerle a sus prestigiosos astrónomos es el de dirigir el planetario municipal.
Sin embargo, ningún astrónomo, ningún egresado de la carrera de astronomía, dirige el planetario. El puesto de director se adjudicó en un concurso al que sólo pudieron postularse los empleados municipales. El cargo entonces recayó en un funcionario de la Intendencia, un profesor de liceo de astronomía que ya trabajaba en el planetario, un buen hombre carente de mayores credenciales científicas. Pudo ser peor: pudo haber ganado un burócrata.
En el concurso se interrogó a los postulantes sobre materias diversas, entre ellas su conocimiento sobre el funcionamiento interno de la Intendencia de Montevideo. Es el tipo de conocimiento que se premia en Uruguay, el saber de la chacrita.
En definitiva, el puesto de director del planetario de Montevideo no está reservado a quien más sabe, sino a un empleado municipal. De igual modo, con concursos cerrados entre sus funcionarios, la Intendencia ha elegido a los directores de muchas otras de sus principales dependencias: el Jardín Botánico, el parque Lecocq, el servicio de guardavidas...
Este método antidemocrático, que divide a los ciudadanos en clase A (los municipales) y clase B (todos los otros), es parte de las “conquistas” de Adeom. Estas “conquistas” han hecho de Uruguay el país que es: un rincón del mundo donde vale más ser basurero que maestro.
La situación se repite idéntica en estos días en Secundaria. Un concurso para llenar vacantes en las bibliotecas liceales se ha hecho restringido a quienes ya trabajan en los liceos.
Existe una carrera universitaria de bibliotecología; sus egresados estudian y se especializan en este trabajo, pero no pueden presentarse al llamado.
No hay derecho al pataleo. Vivimos en un país donde el saber es castigado, donde los gobernantes premian más el poder de un sindicato que la excelencia y el conocimiento.
Tenemos una facultad de bibliotecología. Tenemos astrónomos de prestigio mundial. Lástima que nos sirva de tan poco.

Publicado por Leonardo Haberkorn en el diario Plan B, 3 de abril de 2007.

Etiquetas

33 Orientales Accidente en Young accidentes de tránsito Adolfo Antelo Alejandro Atchugarry Alejandro Vegh Villegas Alemania Alimentación Álvaro Moré Amodio Pérez Ancap Andes Antonio Mercader Árboles autóctonos del Uruguay Argentina Artigas aviación Bicentenario Bolivia Brasil Caraguatá cárceles Carlos Koncke Carlos Liscano Cesáreo Berisso charrúas Che Guevara. Checoslovaquia Chespirito - Roberto Gómez Bolaños Chueco Maciel Ciudad de la Costa Comunidad Jerusalén Creative Commons Crónicas de sangre sudor y lágrimas Crónicas y reportajes Cuba Cultura Daniel Castro Daniel Chasquetti Daniel Vidart Daniel Viglietti delincuencia Democracia derecha radical Derechos humanos diarios dictadura dictadura. Doble discurso europeo Drogas Eduardo Bonomi Eduardo Galeano Eduardo Pérez Silveira educación El Chavo Elon Musk empleados públicos Engler Enrique Tarigo entrevistas ETA Evo Morales Fernández Huidobro Fernando Parrado financiamiento de los partidos políticos Fito Páez Fuerzas Armadas Fútbol Gabriel Ohanian Gabriel Pereyra Gavazzo Gavazzo Sin Piedad Gente que no sabe leer y tergiversa lo que uno escribe Gerardo Caetano Grasas trans (transexuales) guaraníes Guido Manini Ríos Günter Wallraff Gustavo Zerbino Herencia maldita Historia historia reciente Historias tupamaras Hospital Filtro Hotel Carrasco hotel Conrad Hugo Alfaro Hugo Batalla Hugo Bianchi Identidad Soberana Inmigrantes. Dominicanos Intendencia de Canelones internet Israel Italia Jaime Roos Javier Milei Joel Rosenberg Jorge Batlle Jorge Lanata Jorge Vázquez Jorge Zabalza José Mujica José Rilla Juan Ángel Miraglia Juan Martín Posadas Juan Miguel Petit Juan Salgado La República Leonardo Sbaraglia Líber Seregni Liberaij Libros Literatura Luca Prodan Luis Almagro Luis Lacalle Luis Lacalle Pou Luis Suárez Madonna Maltrato animal Maracaná Marcelo Estefanell Mario Bardanca. Mario Benedetti Medicina Medio ambiente Mercedes Sosa México Michael Jackson Miguel Ángel Campodónico Milicos y tupas MLN-T Montevideo Música Neber Araújo Nelson Sosa nombres disparatados nombres raros Óscar Padrón Favre Oscar Tabárez Pablo Cuevas Paco Casal Palestina Paraguay Partido Colorado Partido Comunista Paso de los Toros Paz Peñarol periodismo periodismo cloacal Perú PIT-CNT Plagios y otras situaciones dudosas Pluna Política Política uruguaya Pollo homosexualizante Populismo Primavera de Praga publicidad Punta del Este Racismo Radio Raúl Sendic redes sociales Relato Oculto Renzo Pi Hugarte Ricardo Piglia Roberto Canessa Rock Rodolfo Leoncino Rómulo Mangini sabihondos Salud Sin comentarios Sindicalismo sindicatos Sirios en Uruguay Sobre lo políticamente correcto Sonia Breccia Sumo Televisión Tenis terrorismo Tomás Eloy Martínez tortura trabajo Tragedia de los Andes Tupamaros Twitter Un mundo sin Gloria Uruguay Venezuela Víctor Hugo Morales Villanueva Saravia Violencia doméstica zoológico

Atención

Los derechos de los textos
publicados en El Informante
pertenecen a Leonardo Haberkorn.
No se permite la reproducción
sin autorización del autor.