20.4.08

Astori debe una materia

Hace 20 años Danilo Astori era decano de la Facultad de Ciencias Económicas, mi amigo X estudiaba en una universidad de Texas y yo era periodista en el semanario Aquí.
Por su excelente rendimiento como estudiante, X había impresionado a las autoridades de aquella universidad estadounidense. Como X provenía de la Facultad de Ciencias Económicas de Montevideo, los texanos quisieron becar a otros estudiantes como él. El decano en persona vino a Uruguay a ofrecer las becas.
Astori, que en aquellos años no era precisamente un izquierdista renovador, nunca recibió a su colega estadounidense. El académico estuvo esperando ser atendido, pero finalmente se fue de Montevideo sin nunca haber podido siquiera ofrecer las becas. El hombre partió con la idea de que no había sido recibido por ser estadounidense. Otra razón no había.
Cuando conocí esta historia pensé que era una noticia que el público debía conocer. Llamé a Astori pero no quiso hacer declaraciones. “Es un tema de los colorados”, me dijo. Le insistí, sólo quería saber si aquello era cierto, si no había recibido al emisario de una universidad de Texas que venía a regalar becas. Astori se enojó. “Es un tema de los colorados”, repitió y me pasó un largo sermón: un semanario de izquierda como Aquí debía ocuparse de otros asuntos, como reclamar más dinero para la enseñanza.
Escribí la nota con los datos que tenía y los dichos de Astori. El secretario de redacción la editó y quedó pronta. Pero el artículo no fue publicado. A último momento fue levantado por orden de una autoridad del Partido Demócrata Cristiano, dueño del semanario.
Hoy Astori es ministro de Economía y mi amigo X, que volvió a Uruguay, se ha transformado en un referente en su especialidad y en una importante autoridad académica. En su caso, los beneficios de haberse especializado en la universidad de Texas han sido notorios. Otros pudieron haber tenido la misma suerte y no la tuvieron.
Astori cambió mucho desde entonces. Ya no defiende, por ejemplo, las virtudes del “socialismo real”. Ahora aboga por otros puntos de vista, como el de estrechar vínculos con Estados Unidos. Todos pudimos verlo en la televisión muy satisfecho con haber recibido al presidente George W. Bush, un texano que sí pudo estrecharle la mano.
Astori enumeró en la pantalla todo lo bueno que se logró con la visita de Bush. Destacó, entre otros puntos, que se firmó un acuerdo que permite el intercambio de estudiantes entre Uruguay y Estados Unidos.
La gente tiene derecho a cambiar de opiniones y siempre es positivo vencer los prejuicios. Pero los políticos deberían tener la humildad de explicarle al público las razones de sus virajes, ya sea sobre el comunismo, Estados Unidos, el Mercosur o el impuesto a los sueldos, ese espantoso tema de los colorados que ahora volvió de la mano de Astori.
Es una materia que Astori, que fue decano, todavía tiene pendiente.

Publicado por Leonardo Haberkorn en el diario Plan B, 15 de marzo de 2007

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