Un policía golpea con su zapato lustroso al moribundo Mereles,
cuando lo sacan del Liberaij. La foto la publicó el diario La Razón de Buenos Aires.
En Uruguay nadie la difundió.
Ayer presenté mi nuevo libro, Liberaij. La verdadera historia del caso Plata quemada. Fue un momento de mucha satisfacción, después de una investigación trabajosa, que procura reconstruir con la mayor precisión histórica aquel episodio policial que afectó por igual a Argentina y Uruguay en 1965.
Quiero agradecer a todos los que me acompañaron, me hicieron sentir muy feliz y rodeado de cariño. Y hacerlo en forma especial al periodista Jorge Traverso y a la psicóloga Claudia Dorda, hija de uno de los protagonistas de esta violenta historia, que compartieron conmigo la tarea de presentar el libro.
Para los que no pudieron ir, aquí se pueden ver algunos momentos.
El libro puede encargarse por mail desde esta página:
Las primeras palabras estuvieron a cargo de Virginia Sandro, editora y representante de editorial Sudamericana.
Luego Jorge Traverso habló del libro:
Traverso le pregunta a Claudia Dorda:
Y me pregunta a mí si conseguí todo lo que buscaba averiguar:
Y luego pregunta mi opinión sobre los libros periodísticos y el periodismo narrativo (yo le explico qué es lo que no me gusta de algunos libros hechos desde el periodismo), y sigue con Claudia Dorda:
Lo que parecía ser la despedida:
Cuando ya parecía que nos íbamos, varias personas del público (vecinas del edificio, la hija de uno de los policías muertos por los pistoleros) pidieron para intervenir. Aquí lo manifestado por una de las habitantes del Liberaij aquel día de 1965:
El 20 de agosto de 1968 tropas soviéticas ingresaron a Checoslovaquia con el fin de terminar con el socialismo democrático y "de rostro humano" que intentaba florecer en la "Primavera de Praga". El Pacto de Varsovia, controlado por la URSS, envió a ese pequeño país 600.000 soldados, 6.300 tanques, 500 aviones de combate y 2.000 cañones y lanzamisiles para aplastar el movimiento democratizador. Checoslovaquia tenía apenas 150.000 soldados. Por orden de su dirigencia política, no opusieron resistencia a los invasores.
La gente, en especial los jóvenes estudiantes, sí resistieron en la calle. El primer día de la ocupación murieron 58 checoslovacos, incluida una niña de ocho años.
El mayor número de muertos y heridos se registró el 21 de agosto de 1968, ante el edificio de la Radiodifusión Checoslovaca. Los habitantes de Praga intentaron defender la radio estatal. Tres cayeron bajo el fuego de los soldados soviéticos, 12 murieron al explotar un carro de municiones de los invasores y dos al saltar por la ventana de una casa incendiada durante el enfrentamiento.
Ese mismo día El Popular, el diario del Partido Comunista del Uruguay, informaba a sus lectores:
"A pedido de la mayoría del Presidium del Comité Central del Partido Comunista de Checoslovaquia y del gobierno checoslovaco, han entrado a dicho país tropas del Tratado de Varsovia, pertenecientes a la URSS, Polonia, Bulgaria y Hungría, para salvar las conquistas socialistas del pueblo checoslovaco y la paz mundial gravemente amenazada por los planes del imperialismo yanqui y de los nazis revisionistas de Bonn que querían transformar a Checoslovaquia en una base imperialista.
Se trata de hechos dolorosos pero que resultan imperativamente insoslayables. Los servicios informativos yanquis y sus peleles de la 'gran prensa' en el Uruguay han lanzado una campaña calumniosa para tergiversar el sentido de los acontecimientos".
Tres días después, el 24 de agosto, El Popular publicó un editorial sobre lo que estaba ocurriendo en Checoslovaquia:
"Otra vez más los comunistas uruguayos, enfrentando la grita de los agentes del imperialismo, al apoyar la acción de los países del Pacto de Varsovia, somos fieles a los principios, sin ceder al chantaje de la gran burguesía internacional (...) La decisión de la URSS y los otros estados socialistas es justa porque se ha hecho para frustrar el golpe reaccionario (...) Algunos de estos dirigentes han llegado a decir que en Checoslovaquia se iba a nuevo socialismo, a un 'socialismo democrático'. Pero bien se sabe que cualquier régimen socialista es un millón de veces más democrático que un régimen burgués; que entre uno y otro hay diferencias radicales de principio (...) Aquí se trata de la ayuda al pueblo checoslovaco para derrotar a la contrarrevolución. También hubo que hacerlo en Hungría en 1956 y si no se hubiera hecho hoy habría un estado burgués reaccionario.
Pero la verdad resplandece y resplandecerá. El socialismo en Checoslovaquia será salvado, para bien de toda la humanidad progresista".
Mucha gente joven ni siquiera oyó hablar de Hungría 1956 y Checoslovaquia 1968, pero quizás les suenen las palabras.
La historia se repite, dijo Marx. La primera vez como tragedia, la segunda como farsa.