3.8.12

Relato Oculto: las tres preguntas de Brecha

Relato Oculto, Víctor Hugo Morales, semanario BrechaBrecha publicó hoy una reseña de Relato Oculto. Las desmemorias de Víctor Hugo Morales. El semanario dedicó tres páginas de su edición al libro.
Como parte de esa cobertura, Brecha nos envió a Luciano Álvarez y a mí un cuestionario con tres preguntas. Estas son esas interrogantes y estas fueron nuestras respuestas:



1. ¿Cuáles dirían que son las razones de ser de este libro?
Este es un libro hecho en nombre y en defensa de la ética periodística, por amor al buen periodismo y para ayudar al verdadero conocimiento de la historia reciente.
De un tiempo a esta parte VHM se ha autoproclamado patrón de la ética periodística, modelo del buen periodismo y descarga sus iras contra todo aquel que opina o actúa del modo que “él” decide que no es correcto. En particular ha propuesto su desempeño en Uruguay durante la dictadura como medida del decoro periodístico.  En su libro autobiográfico Víctor Hugo por Víctor Hugo Morales, de 2009, se retrata a sí mismo como un periodista que clavaba aguijonazos, pocos pero memorables, contra el régimen, y que buscaba desafiar la censura imperante cada vez que podía.
Nosotros habíamos leído la primera autobiografía de VHM titulada El Intruso, de 1979  y en el caso de Luciano lo había vivido directamente ya que era periodista en radio Sarandí.  Los dos teníamos bien presente sus agradecimientos a la dictadura, las menciones elogiosas a sus personajes más altos, su festejo a la Junta Militar argentina durante la Copa del Mundo de 1978.
También recordábamos que cuando los dirigentes del fútbol habían respondido con una sanción comercial  a su ensañamiento con figuras del deporte que nada tenían que ver con el régimen, había sido la dictadura la que corrió en su auxilio. Más tarde vino su burda mentira convertida en sonsonete incansable diciendo que poco menos se había tenido que exiliar cuando la dictadura lo metió preso. En realidad fue preso por una de las tantas peleas a piñazos en las que se vio envuelto y se “exilió” en la Argentina de Jorge Rafael Videla, extraño exilio si los hubo.
Como periodistas que quieren a su profesión, sentimos que era necesario revisar y recordar todo lo que escribió Víctor Hugo Morales en aquellos años; todo en contradicción con la actual versión de su propia carrera. Por eso comenzamos a cotejar sus dichos de hoy con sus propios escritos y hechos de aquellos años. El resultado fue más impresionante de lo que pensábamos porque además  descubrimos otras relaciones con el régimen de las cuales no teníamos idea cuando comenzamos.

2. ¿Cómo evaluaron al momento de decidir su publicación la evidente incidencia que un libro de esta naturaleza tendría en el contexto polarizado del periodismo argentino tras la ley de medios, y la administración de los Kirchner en general?
El puntapié inicial de este libro fue la publicación del libro Víctor Hugo por Víctor Hugo Morales. Tras su lectura, uno de nosotros –Leonardo -- escribió el 13 de abril de 2010 un artículo en su blog titulado: “Víctor Hugo, la historia olvidada”.   Luego de publicar el artículo, el otro –Luciano-- propuso escribir juntos un libro sobre VHM. Somos amigos desde hace muchos años, nos conocemos bien, incluso hemos hecho trabajos juntos. Así nació este proyecto. En aquel momento, VHM era crítico al gobierno de los Kirchner: su historia argentina nada tuvo que ver con el proyecto. En el libro no hay ni siquiera una mención a las múltiples polémicas que VHM ha tenido y tiene hoy en el país vecino. El libro lo hubiéramos escrito de cualquier manera. Resulta que al tomarlo una editorial internacional surgió, un poco sorpresivamente, el interés en Buenos Aires, que aumentó cuando leyeron el borrador.

3. El libro supone la revisión de la conducta ética de un periodista en el contexto de la dictadura. ¿Sería para ustedes deseable que el libro inspirara más trabajos sobre esta misma conducta entre civiles, periodistas o no periodistas, durante la dictadura uruguaya?
Sí, sería muy deseable. Los abismos en los que cayó el Uruguay en los años de violencia política y dictadura militar no tienen como únicos protagonistas a  militares y tupamaros.  Hay otros actores que también tuvieron su cuota parte de responsabilidad. Los medios de comunicación fueron, sin duda, uno de ellos.
Por supuesto que hubo responsabilidades de distintas magnitudes. Pero exigir que solo “milicos y tupas” den cuenta de sus actos es una trampa muy cómoda para algunos.
En cuanto a la prensa, en este libro aparecen casos dignos de estudio: el escandalete fuera de toda proporción montado cuando a VHM se le prohibió relatar en el estadio, y las menciones realizadas entonces a la libertad de trabajo y de expresión, que aparecieron en algunos medios citados en el libro, hoy parecen chistes de humor negro. Pero fueron la triste realidad de aquel Uruguay.
En este sentido hay otro punto significativo, mientras VHM era protegido por el régimen hubo decenas de periodistas que día a día se las veían en figurillas para informar, para soplar un aliento de esperanza en la gente, mediante la lectura “entrelíneas”. Ninguno de ellos salió posteriormente a sacarse lustre contando cada “entrelínea” que fabricó, cada agravio que sufrió, cada plantón o aun la pérdida de su fuente de trabajo. En cambio VHM aprovecha todas las ambigüedades del lenguaje para fabricarse el héroe que estuvo lejos de ser. Nos pareció que esa desmesura debía de ser estudiada, aunque más no fuera como un homenaje a tantos y tantos que enfrentaron la dictadura y no fueron a pedir la escarapela, porque en última instancia sabían que habían cumplido con su deber.

La crítica que el periodista de Brecha Aníbal Corti escribió sobre Relato Oculto puede leerse aquí:
El libro puede encargarse por mail desde esta página.

1.8.12

Relato Oculto: reseñas, comentarios, entrevistas

Víctor Hugo Morales, presentado como "un conspicuo amigo de
todos los integrantes del  Batallón Florida", ofrece un discurso en
esa unidad del Ejército uruguayo:
4 de setiembre de 1977.

Crítica en el suplemento ADN del diario La Naciónhttp://www.lanacion.com.ar/1516111-la-otra-trayectoria

Crítica en el suplemento Señales del diario La Capital, de Rosario:
http://www.lacapital.com.ar/ed_senales/2012/9/edicion_193/contenidos/noticia_5051.html

Entrevista en el diario La Capital, de Rosario:
http://www.lacapital.com.ar/ed_senales/2012/9/edicion_193/contenidos/noticia_5053.html

Entrevista en el programa "Abrepalabra", con el periodista Gustavo Rey en Océano FM:
http://www.oceanofm.com/index.php?option=com_content&view=article&id=3549:lengua-larga-leonardo-haberkorn-y-luciano-alvarez&catid=35:abre-palabra&Itemid=56

Entrevista con el periodista Jaime Clara en "Sábado Sarandí", en radio Sarandí. Incluye una entrevista a la senadora Mónica Xavier en la que admite que critica el libro sin haberlo leído. Y el senador Rafael Michelini reconoce que descalifica el libro tras haber leído "los párrafos que aluden a Víctor Hugo" (cuando ¡todo el libro es sobre Víctor Hugo!):
http://www.goear.com/listen/aff2d22/leonardo-haberkorn-relato-oculto-jaime-clara

En Canal 10, con Omar Gutiérrez, una entrevista que fue casi un interrogatorio:
http://link.brightcove.com/services/player/bcpid1241672428001?bckey=AQ~~,AAAA83jVXbE~,X6QmWbOpKD-PPIS3gvCWuwvewu88J7-p&bctid=1786918938001

Comentario del periodista Nelson Díaz, en el programa "Planeta Radio", de radio Sarandí:
http://www.sarandi690.com.uy/programas_ver_ea.asp?idPrograma=35&ano=2012&mes=8&dia=6

Crítica en el semanario Brecha a cargo del periodista Aníbal Corti (se reproduce con autorización):


Cuestionario realizado por el semanario Brecha a los autores:
http://leonardohaberkorn.blogspot.com/2012/08/relato-oculto-las-tres-preguntas-de.html?spref=tw

Resumen de entrevista en radio Mitre de Bahía Blanca:
http://informateaca.com/victor-hugo-morales-elogio-mucho-la-dictadura-argentina/

Entrevista del periodista Martín Duarte, en la FM M24 de Montevideo:
http://m24radio.podomatic.com/entry/2012-08-03T07_36_14-07_00

Informe en el programa "Periodismo Para Todos", de Jorge Lanata :
http://tn.com.ar/politica/000264223/ppt-victor-hugo-y-su-relacion-con-la-dictadura-uruguaya
(Aclaración: el general Jorge Rosales fue comandante del Ejército entre 2006 y 2011, durante gobiernos del Frente Amplio, y no "comandante del Ejército del Frente Amplio").

Texto que el periodista Jorge Lanata escribió para la contratapa de libro:

30.7.12

Algunos pasajes de Relato Oculto: las desmemorias de Víctor Hugo Morales

Salidas nocturnas


El relator también visitaba el cuartel cuando se organizaban reuniones sociales y veladas de gala para escuchar a algún cantante. A veces llegaban al batallón Florida cantantes de fama de Argentina. Ahí cantó Roberto Goyeneche, dijo Grosso. Y Enrique Dumas era una visita recurrente. Existen fotos y grabaciones que lo atestiguan. De esas veladas participaba Crespo, el dueño de la cantina Mario y Alberto, que hacía la comida, y también amistades civiles de los militares.
“El petiso Crespo hacía unos capeletis a la Caruso que ni te cuento”, relató el excomandante Rosales. “Y Dumas venía muy seguido, con su pianista. Nosotros lo íbamos a buscar al aeropuerto. Después –agregó– se hacía una cadena de llamados por teléfono para que todos los amigos vinieran. Después de la actuación en el cuartel todos salíamos para la tanguería La Cumparsita. Víctor Hugo venía siempre con nosotros”.
Para los oficiales más jóvenes, como Rosales, Pla y Beneditto, aquellas salidas nocturnas a la tanguería eran un clavo. “Nos acostábamos tardísimo, y al otro día teníamos que madrugar como siempre. Apenas dormíamos un par de horas. ¡Y el tango no era nuestra música preferida!”
Pero nadie podía fallar. “Aquello era una barra de amigos, y si se salía de noche había que estar".

Despedida del mayor Grosso


“Luego Ximena volvió a tomar el micrófono y anunció: “Llegó el momento de tener que presentarles a alguien muy conocido, un conspicuo amigo de todos los integrantes del batallón Florida, y muy especialmente del mayor Juan Carlos Grosso. Es Víctor Hugo Morales, que nos va a dirigir unas palabras”.
Ximena y el conspicuo amigo del batallón intercambiaron saludos:
–Mucho guuusto.
–Muchas graacias.
Luego el relator tomó el micrófono. Hay una foto que lo muestra de pie, en pleno discurso; detrás de él, en la pared que hace de fondo de la imagen, aparecen dos cuadros de temática militar.
La voz de Víctor Hugo suena inconfundible en los viejos casetes que el coronel retirado Grosso tuvo en un cajón durante más de 30 años. El periodista que le juró a Ramón Mérica, por lo que más quería en el mundo, que nunca había tenido agendado el teléfono de un militar, comenzó su discurso con el verso inmortalizado por el cantautor Alberto Cortez:

“Cuando un amigo se va queda un espacio vacío. Mayor Grosso: no lo podrá llenar la presencia de otro amigo. Me gustaría poder dedicarle, como los artistas, canciones o poemas [...][1] que no sabe hacer cosas artísticas. Igualmente quiero dirigir unas palabras para quien, en muchas oportunidades, yo sé que es algo que le tiene que haber pasado a muchos de los presentes, cuando he tenido algún problema o alguna dificultad –humana, profesional, familiar– ha estado a través del teléfono o de su propia presencia personal para decirme qué necesitás, qué te hace falta, en qué te puedo ayudar. Esa es simplemente una de las tantas facetas del mayor Grosso.
Me imagino que el comandante Sequeira y todos los amigos del batallón Florida dejarán muy listo su escritorio, dejarán muy pronta la canchita de básquetbol donde tantas veces, tantas mañanas, nos entreveramos en picados inolvidables, que ahora se nos van a hacer todavía más gratas en el recuerdo porque no estará presente quien no solamente desparramaba una calidad humana excepcional, sino también algunas buenas condiciones futbolísticas. Yo, que no estoy acostumbrado al halago, puedo decirlo. ¡Mayor Grosso! El deseo de todos los que estamos aquí, el deseo de los que no han podido venir, es que en la India, allá muy lejos, sepa que nos quedamos todos esperándolo, con los brazos abiertos, para preguntarle cómo le fue, convencidos de que le va a ir muy bien, convencidos de que va a hacer una muy linda experiencia para después repartirla entre todos nosotros y para beneficio del país. Le entrego un gran abrazo, todo el cariño de todos nosotros, le digo que le vaya muy bien, y que la vuelta será todavía más linda, porque en este año, todo lo que lo vamos a recordar nos permitirá ir acumulando ese cariño que se ha sabido ganar hasta este día. ¡Suerte mayor Grosso!”
[1] La grabación tiene aquí un pequeño salto.

Comandante en jefe Jorge Rosales

(El hoy general retirado Jorge ) Rosales fue enviado en 1978 a hacer un curso a Brasil y desde entonces nunca más habló con Víctor Hugo Morales.
“Nunca más tuve ningún contacto con él. Todos estos recuerdos duelen muchísimo, porque uno se entregó a una relación de verdadera amistad, que ahora parece que de su parte no era tal. Lo que me rebela es que haya hecho un uso tan torcido. Cuando uno recuerda toda aquella época y la compara con lo que Víctor Hugo dice hoy, uno siente dentro que algo se rebela. Él nos usó”.
Rosales cuenta que Víctor Hugo nunca lo volvió a contactar, tampoco cuando asumió como comandante. "Si me hubiera llamado, no sé si lo hubiera atendido. Pero si lo hubiera hecho, si volviera a hablar con él alguna vez más, sería solo para preguntarle por qué hizo todo lo que hizo".

Mundial 78, Mundial 1978, Víctor Hugo Morales
. Mundocolor, 26 de junio de 1978.

Mundial '78


En concordancia con tales antecedentes, Víctor Hugo celebró con fervor a los organizadores militares de la Copa del Mundo de Argentina, por haber dejado de lado a la tradicional dirigencia deportiva del país.
 “Nuestros vecinos hicieron nada menos que un mundial y en el futuro servirá como modelo de organización el esquema, la infraestructura y hasta el espíritu de los argentinos. Como broche de oro a tan destacado proceso, bien respaldados desde arriba, sus jugadores y Menotti pudieron trabajar como quisieron para ganar finalmente el campeonato. Nombres desconocidos hasta ahora como los de (el general Antonio) Merlo y (el vicealmirante Carlos Alberto) Lacoste, sustituyeron a los eternos mandamases de siempre[1]”.
[1] Mundocolor, 4 de julio de 1978.

 
 
 
 

La AUF lo suspende, la dictadura lo rehabilita


Esa misma jornada, El Día publicó unas breves declaraciones del comandante en jefe de la Armada, el inefable vicealmirante Hugo Márquez [1], explicando por qué se había obligado a la AUF a dar marcha atrás en su sanción a Paullier y Víctor Hugo Morales.
Márquez señaló que en nuestro país ese tipo de resoluciones o prohibiciones corresponden a las autoridades nacionales [2].
En otras palabras: somos nosotros los que podemos prohibirle a alguien trabajar, pero nadie más puede.
No hacía falta que lo dijera: todo el país lo sabía.
El País también reprodujo declaraciones del vicealmirante Márquez:  “Siempre se acusa a los militares [de] querer limitar la libertad de expresión pero fueron los civiles los que limitaron a estos periodistas. Ahora es el gobierno cívico-militar el que les permite hacer uso de ese derecho consagrado en la Constitución”[3].
Víctor Hugo Morales, mientras tanto, comentó la decisión de Aparicio Méndez y los comandantes de las Fuerzas Armadas en un artículo que publicó el 20 de julio en Mundocolor.
Ante la decisión del gobierno dictatorial, Víctor Hugo –según escribió– sintió vergüenza. Pero no por haber obtenido el amparo de un gobierno que violaba todos los derechos que él mismo invocaba para relatar.
“Sentí una cierta vergüenza por haber distraído [a] nuestros gobernantes en un tema infinitamente menor al que les ocupa día a día”, escribió sin pudor.
 Y agregó:

“El gobierno nacional no me ha condecorado, ni respaldado. Debió actuar muy por encima de eso [...] Sería veleidoso suponer que conocen mis crónicas. Por eso las felicitaciones están de más, son casi absurdas. Yo no fui respaldado en mi prédica. Apenas (pero eso sí, grandemente) fui defendido en los mismos derechos que usted goza…[4]”.
¡Los mismos derechos que usted goza!

[1]Entre otros aspectos menos pintorescos de su trayectoria, la leyenda popular le atribuye al vicealmirante Márquez el haber dicho cierta vez que Uruguay se hallaba al borde del precipicio, pero gracias a la intervención militar había dado un paso adelante. También, que el gobierno castrense le había dado al país un giro de 360 grados.
[2] El Día, 20 de julio de 1978.
[3] El Día, 20 de julio de 1978.
[4] Mundocolor. Reproducido en El Intruso, pp 278-282.

Lea la contratapa del libro escrita por Jorge Lanata.
Comentarios de la crítica y entrevistas a los autores.

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