Algunos detalles más sobre el libro: su título es Relato oculto. Las desmemorias de Víctor Hugo Morales. Lo edita Planeta, en Uruguay y en Argentina. Los autores somos Luciano Álvarez y yo.
Este sábado la revista Noticias presentará un adelanto. La tapa de la edición está dedicada al libro. La promoción puede verse en el siguiente enlace: http://noticias.perfil.com/2012/07/victor-hugo-y-la-dictadura/
El domingo, en el programa "Periodismo para Todos", que conduce Jorge Lanata y se emite por Canal 13 de Buenos Aires, se presentará un informe sobre el libro. Un equipo del programa estuvo en Montevideo esta semana. "Periodismo para todos" puede verse en Uruguay y en todas las provincias argentinas a través de la página web de Canal 13.
El lunes Luciano y yo seremos entrevistados por el periodista Joel Rosenberg en el programa radial "No toquen nada", por Océano FM.
27.7.12
25.7.12
Sin comentarios
Víctor Hugo Morales se dedicó ayer a insultarme durante casi 15 minutos en su espacio radial en Buenos Aires. Su ataque tiene origen en un libro de próxima aparición que escribimos a medias con el periodista Luciano Álvarez.
No responderé a los insultos de Morales, como ya dije. Tampoco corregiré los disparates. El libro hablará por sí solo.
En cuanto a Milicos y tupas, mi publicación anterior tan denostada por el relator, apenas me permito recordar que ganó el premio Bartolomé Hidalgo 2011en la categoría ensayos periodísticos y también el Libro de Oro.
Aquí pueden escuchar los insultos de Morales:
No responderé a los insultos de Morales, como ya dije. Tampoco corregiré los disparates. El libro hablará por sí solo.
En cuanto a Milicos y tupas, mi publicación anterior tan denostada por el relator, apenas me permito recordar que ganó el premio Bartolomé Hidalgo 2011en la categoría ensayos periodísticos y también el Libro de Oro.
Aquí pueden escuchar los insultos de Morales:
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Relato Oculto
17.7.12
¿Cómo Astori pudo equivocarse así?
Los mismos argumentos. Las mismas excusas. La misma falta de pudor y autocrítica. Confirmado: tenemos tres partidos tradicionales. Esa es la triste conclusión de la sesión de la Cámara de Diputados en la que se discutió el cierre de Pluna. Allí, el gran argumento de los representantes del Frente Amplio fue recordar a los legisladores colorados y blancos viejos escándalos de los gobiernos de sus partidos. "Miren que ustedes también hicieron cosas horribles, eh". De todo aquello que el Frente Amplio presumió durante décadas que lo distinguía de sus adversarios políticos hoy ya no queda nada.
Ya se había visto antes. Había sido grotesco, por ejemplo, el final del caso de la corrupción en los casinos municipales, con el fiscal llegando fuera de plazo -porque tuvo problemas con su computadora- a presentar su apelación al no procesamiento de varios importantes ex jerarcas del gobierno del Frente Amplio.
Pero el caso Pluna, que terminó por borrar del mapa a la histórica línea aérea uruguaya, lo sobrepasó todo.
Durante días los tres principales responsables políticos de este desastre -Víctor Rossi, Danilo Astori y Tabaré Vázquez- ni siquiera dieron la cara. Ahora, tras muchos días de silencio, Astori escribió una columna en el portal Uy.press donde dice "me equivoqué", pero al mismo tiempo elude todas las grandes interrogantes que deja el caso. Preguntas que el Parlamento tampoco podrá investigar ya que el Frente Amplio, traicionando otro más de sus postulados históricos, se negó a abrir una comisión investigadora.
Lo más insólito, lo que tendría que empezar por explicar Astori, es cómo Campiani llegó a hacerse de Pluna.
Según han admitido varios dirigentes del propio Frente Amplio (el senador comunista Eduardo Lorier por ejemplo) el gobierno del presidente Tabaré Vázquez a través de Astori, que entonces era ministro de Economía, recurrió al broker Paul Elberse, uno de los responsables de la compañía Ficus Capital, para que "encontrara" un inversor interesado en la compañía aérea uruguaya. Fue Elberse quien presentó a Matías Campiani, un hombre de opacos antecedentes empresariales sin la más mínima experiencia en compañías de aviación o cualquier cosa que se le parezca mínimamente. Y el gobierno -el presidente Vázquez, el ministro de Economía Astori y el de Transporte, Víctor Rossi- aceptó la propuesta de Elberse, con los resultados nefastos que hoy conocemos. No hubo licitación. Elberse cobró por su tarea de asesoramiento y búsqueda de un inversor entre 900.000 y 1.000.000 de dólares, según han manifestado diferentes actores políticos.
¿Cómo fue posible que Astori seleccionara a Elberse para esa tarea? ¿Cómo fue posible que el presidente Tabaré Vázquez lo aceptara? ¿Es que acaso sufrieron una poderosa amnesia que les hizo olvidar los antecedentes de este banquero nacido en Holanda y engordado en Uruguay? Esa es una de las grandes preguntas que nadie del Frente Amplio ha logrado responder hasta el momento.
Al parecer Elberse fue muy generoso con sus propios premios porque meses después estalló un escándalo al trascender que, en momentos de enormes penurias para el país, el banquero holando uruguayo estaba cobrando un salario mensual de unos 33.000 o 35.000 dólares por mes, una paga tres veces superior a la del actual presidente Mujica y equivalente a la del presidente de los Estados Unidos, la principal potencia mundial.
Elberse pidió por carta al gobierno que no divulgara su salario oficial, pero el ministro del Tribunal del Cuentas Ariel Álvarez, informó que entre abril y julio de 2003 el banquero había cobrado más todavía: 180.000 dólares (45.000 dólares por mes, en promedio) .
La noticia de los descomunales haberes que se embolsaba Elberse provocó entonces fuertes críticas al gobierno de Jorge Batlle de parte de los legisladores de la oposición. Uno de los más críticos fue el entonces diputado Víctor Rossi.
El ministro de Economía de la época, Isaac Alfie, fue convocado al Parlamento por este tema. Rossi denunció que los haberes de Elberse eran "excesivos e inconvenientes". En medio de fuertes presiones, Alfie le pidió la renuncia. Pero el broker holandés se negó a abandonar su privilegiado cargo y sus surrealistas ingresos. Finalmente Alfie lo despidió, noticia que Rossi celebró por estar en el "camino correcto". Elberse realizó entonces un acción contra el Estado uruguayo ya que su contrato establecía que si era despedido antes de un año se le debía abonar una fuerte suma. Elberse reclamó que se le pagaran... 3,5 millones de dólares. El caso le fue confiado a un tribunal integrado por Julián Moreno, Arturo Caumont y el ex ministro y senador blanco Ignacio de Posadas, este último en representación de Elberse. El laudo llegó a fines de 2004. Moreno votó en contra del holandés, pero Caumont y De Posadas lo hicieron a favor y decidieron que el fundido Estado uruguayo debía pagarle a Elberse la suma de 1,2 millones de dólares.
Aunque parezca mentira, a este señor fue a buscar Danilo Astori para salvar Pluna. No alcanza un "me equivoqué" para explicar cómo pudo ser posible. Astori escribió en su columna autocrítica que todo lo hizo "buscando una salida pensando en el interés nacional". ¿Fue a buscar a Elberse pensando en la patria? Con todo respeto, parece un chiste de humor negro.
¿Y Rossi? ¿Será casualidad su participación en ambos episodios elbersianos?
Está visto que en este país falta memoria. Mucha memoria y bastante vergüenza.
Elberse estudió en Stanford. En Stanford debe existir una materia llamada "Cómo Joder al Uruguay con el Gobierno del Partido que Sea".
Algún día Vázquez, Astori y Rossi deberán explicar por qué confiaron la suerte de Pluna y le pagaron un millón de dólares (¡otro más!) al mismo señor Elberse, a quien antes habían repudiado por sus descarados manejos monetarios con el Estado uruguayo.
Ya se había visto antes. Había sido grotesco, por ejemplo, el final del caso de la corrupción en los casinos municipales, con el fiscal llegando fuera de plazo -porque tuvo problemas con su computadora- a presentar su apelación al no procesamiento de varios importantes ex jerarcas del gobierno del Frente Amplio.
Pero el caso Pluna, que terminó por borrar del mapa a la histórica línea aérea uruguaya, lo sobrepasó todo.
Durante días los tres principales responsables políticos de este desastre -Víctor Rossi, Danilo Astori y Tabaré Vázquez- ni siquiera dieron la cara. Ahora, tras muchos días de silencio, Astori escribió una columna en el portal Uy.press donde dice "me equivoqué", pero al mismo tiempo elude todas las grandes interrogantes que deja el caso. Preguntas que el Parlamento tampoco podrá investigar ya que el Frente Amplio, traicionando otro más de sus postulados históricos, se negó a abrir una comisión investigadora.
Lo más insólito, lo que tendría que empezar por explicar Astori, es cómo Campiani llegó a hacerse de Pluna.
Según han admitido varios dirigentes del propio Frente Amplio (el senador comunista Eduardo Lorier por ejemplo) el gobierno del presidente Tabaré Vázquez a través de Astori, que entonces era ministro de Economía, recurrió al broker Paul Elberse, uno de los responsables de la compañía Ficus Capital, para que "encontrara" un inversor interesado en la compañía aérea uruguaya. Fue Elberse quien presentó a Matías Campiani, un hombre de opacos antecedentes empresariales sin la más mínima experiencia en compañías de aviación o cualquier cosa que se le parezca mínimamente. Y el gobierno -el presidente Vázquez, el ministro de Economía Astori y el de Transporte, Víctor Rossi- aceptó la propuesta de Elberse, con los resultados nefastos que hoy conocemos. No hubo licitación. Elberse cobró por su tarea de asesoramiento y búsqueda de un inversor entre 900.000 y 1.000.000 de dólares, según han manifestado diferentes actores políticos.
¿Cómo fue posible que Astori seleccionara a Elberse para esa tarea? ¿Cómo fue posible que el presidente Tabaré Vázquez lo aceptara? ¿Es que acaso sufrieron una poderosa amnesia que les hizo olvidar los antecedentes de este banquero nacido en Holanda y engordado en Uruguay? Esa es una de las grandes preguntas que nadie del Frente Amplio ha logrado responder hasta el momento.
Sueldo presidencial
El "empresario" Elberse apareció en la escena uruguaya en 2002, como vicepresidente y gerente general del "rescatado" Nuevo Banco Comercial, propiedad del estado uruguayo. designado por el entonces ministro de Economía Alejandro Atchugarry. En junio de 2003 Atchugarry dijo en el Parlamento que se le había fijado a Elberse un sueldo de 20.000 dólares, aunque él y Gustavo Licandro, el presidente del NBC, "estaban habilitados a percibir premios vinculados al éxito de su gestión" que cobrarían ¡cuando ellos mismos lo determinaran!Al parecer Elberse fue muy generoso con sus propios premios porque meses después estalló un escándalo al trascender que, en momentos de enormes penurias para el país, el banquero holando uruguayo estaba cobrando un salario mensual de unos 33.000 o 35.000 dólares por mes, una paga tres veces superior a la del actual presidente Mujica y equivalente a la del presidente de los Estados Unidos, la principal potencia mundial.
Elberse pidió por carta al gobierno que no divulgara su salario oficial, pero el ministro del Tribunal del Cuentas Ariel Álvarez, informó que entre abril y julio de 2003 el banquero había cobrado más todavía: 180.000 dólares (45.000 dólares por mes, en promedio) .
La noticia de los descomunales haberes que se embolsaba Elberse provocó entonces fuertes críticas al gobierno de Jorge Batlle de parte de los legisladores de la oposición. Uno de los más críticos fue el entonces diputado Víctor Rossi.
El ministro de Economía de la época, Isaac Alfie, fue convocado al Parlamento por este tema. Rossi denunció que los haberes de Elberse eran "excesivos e inconvenientes". En medio de fuertes presiones, Alfie le pidió la renuncia. Pero el broker holandés se negó a abandonar su privilegiado cargo y sus surrealistas ingresos. Finalmente Alfie lo despidió, noticia que Rossi celebró por estar en el "camino correcto". Elberse realizó entonces un acción contra el Estado uruguayo ya que su contrato establecía que si era despedido antes de un año se le debía abonar una fuerte suma. Elberse reclamó que se le pagaran... 3,5 millones de dólares. El caso le fue confiado a un tribunal integrado por Julián Moreno, Arturo Caumont y el ex ministro y senador blanco Ignacio de Posadas, este último en representación de Elberse. El laudo llegó a fines de 2004. Moreno votó en contra del holandés, pero Caumont y De Posadas lo hicieron a favor y decidieron que el fundido Estado uruguayo debía pagarle a Elberse la suma de 1,2 millones de dólares.
Aunque parezca mentira, a este señor fue a buscar Danilo Astori para salvar Pluna. No alcanza un "me equivoqué" para explicar cómo pudo ser posible. Astori escribió en su columna autocrítica que todo lo hizo "buscando una salida pensando en el interés nacional". ¿Fue a buscar a Elberse pensando en la patria? Con todo respeto, parece un chiste de humor negro.
¿Y Rossi? ¿Será casualidad su participación en ambos episodios elbersianos?
Está visto que en este país falta memoria. Mucha memoria y bastante vergüenza.
Elberse estudió en Stanford. En Stanford debe existir una materia llamada "Cómo Joder al Uruguay con el Gobierno del Partido que Sea".
Algún día Vázquez, Astori y Rossi deberán explicar por qué confiaron la suerte de Pluna y le pagaron un millón de dólares (¡otro más!) al mismo señor Elberse, a quien antes habían repudiado por sus descarados manejos monetarios con el Estado uruguayo.
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