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Milicos y tupas, por primera vez, un oficial del Ejército cuenta su experiencia en la lucha contra el MLN. El libro se centra en la historia de ese militar y en la de dos tupamaros, que también dan su testimonio respecto a la guerra. Lo interesante es que los tres se permiten hablar de su pasado y del presente saliéndose del repetitivo discurso oficial de sus respectivos grupos.
El militar, el hoy coronel retirado Luis Agosto, dice que habla como un aporte a la reconciliación nacional. Durante el conflicto fue capitán, es decir que estuvo en la primera línea del combate. Lo entrevisté decenas de veces y no omití ninguna pregunta. Relata su experiencia durante los años de violencia política, el uso que entonces hizo el gobierno de las Fuerzas Armadas como rompehuelgas, su ilusión con las primeras acciones tupamaras, el posterior combate, el miedo a morir, los interrogatorios, los apremios, la tortura, los excesos. Admite que sometió al "submarino" a varios de sus detenidos. Dice que se arrepiente.
Uno de los dos tupamaros que protagonizan el libro es el profesor de historia Armando Miraldi. Fue un cuadro medio del MLN, con responsabilidades en la organización. No se arrepiente de haber sido guerrillero, pero lamenta los muchos errores cometidos y las vidas que costaron. Vivió de cerca episodios dolorosos: la muerte de amigos queridos y el asesinato por parte del MLN de Roque Arteche, sobre el que aporta nuevos elementos.
El tercer protagonista es un contador hoy jubilado, Carlos Koncke, un hombre que toda su vida soñó con hacer la revolución. Por eso cuando el general Velasco Alvarado estableció una dictadura militar de izquierda en Perú en 1968, allá fue. Su entusiasmo se vio recompensado y llegó a encargarse de una radical reforma agraria. El MLN lo fue a buscar a Perú: querían aprovechar su experiencia una vez que fueran gobierno. El contador volvió pero el MLN que descubrió no se parecía en nada a lo que había imaginado. En lugar de ponerlo a dirigir una reforma agraria lo mandaban a hacer de chofer y a hacer pintadas.
Estos tres hombres coincidieron en 1972 en un cuartel del Ejército. El militar era un capitán del servicio de Inteligencia. El profesor y el contador eran tupamaros presos. Los tres participaron de la tregua entre el Ejército y el MLN que se dio durante varios meses ese año. Investigué mucho ese episodio, que dio lugar a situaciones que muy sorprendentes en el cuartel donde se desarrolla el relato. Hasta clases de marxismo de dictaron dentro de esa unidad del Ejército.
Además del testimonio de los tres protagonistas, el libro recoge la visión de otros militares, guerrilleros, políticos, ciudadanos que fueron testigos de episodios clave. Entre ellos están el líder tupamaro Henry Engler y el hoy director de la Biblioteca Nacional, Carlos Liscano. Cartas, documentos y diarios personales completan la documentación de la obra.
La corrupción política, las diferencias y coincidencias entre tupamaros y militares, la participación de cuadros del MLN en los interrogatorios a los detenidos por delitos económicos durante la tregua, el uso de la tortura, los distintos límites que se fijaron los oficiales del Ejército, la existencia de nazis dentro de las Fuerzas Armadas, la cárcel, la dictadura, las respectivas historias oficiales establecidas por cada bando, los falsos mitos y la vida posterior de los "veteranos de guerra" son algunos de los temas que plantea el libro, ganador del Premio Bartolomé Hidalgo 2011, al mejor libro político-periodístico.
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