Murió el oprobioso proyecto Neptuno.
Nadie lo quería. Estaba lleno de defectos, contras e inconvenientes. Arazatí no era el lugar indicado. Allí el Río de la Plata tiene demasiados días de agua salada. Y el Plata, además, está muy contaminado como para ser fuente de agua potable: agroquímicos, metales pesados, cianobacterias, toda la caca que viene de Buenos Aires. El pólder para contrarrestar los días de salinidad excesiva ocuparía tierras fértiles, de las mejores del país. Las más rentables. La producción agropecuaria se vería afectada. Muy perjudicada. Zona lechera. La mayor cosecha de papa. El traslado de químicos para tratar el agua es riesgoso. El acuífero Raigón se podría contaminar. La población local no lo quería. La academia tampoco. La sociedad civil organizada tampoco. La obra, además, era muy cara. Carísima. La financiación acordada con los privados, abusiva. Comprometería a la OSE durante décadas. Privatizaría el agua.
QEPD Neptuno.
Good bye. Game over. No vuelvas.
Seguimos entonces apostando al Santa Lucía.
Y que la próxima sequía nos sea leve.
Hay cierto olor a sarcasmo o me equivoco? Porque la conclusión es certera!
ResponderEliminarQue la próxima sequía nos sea leve.
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