23.9.14

Pobre Seregni

Escribí esto hace ya diez años, luego del entierro de los restos del general Líber Seregni.

En estos días se habla mucho del legado de Líber Seregni. Pero, en parte por la admiración que despierta el fallecido y en parte por la tradicional autocomplacencia uruguaya, se soslaya lo poco que su ejemplo es hoy tomado en cuenta.
Seregni había sido desplazado del liderazgo de su propio partido, el Frente Amplio. Su visión de la realidad era rechazada por la mayoría de sus dirigentes. Cuando el Frente cumplió 30 años le impidieron subir al estrado. Hace pocas semanas se le negó el honor de encabezar todas las listas en las elecciones internas. Antes, el diputado socialista Roberto Conde lo menospreció, llamándolo "otrora gran conductor". Los radicales lo acusaron de ser "servicial" y "colaboracionista" con el gobierno. Llegaron a insinuar que estaba chocho y preparando su regreso al Partido Colorado. El diputado Raúl Sendic preguntó: "¿no tiene algún amigo que le diga que se calle?". Ahora debe estar contento. Seregni no lo incomodará más.
Tantos agravios fueron producto de la sinceridad de Seregni, de su osadía de buscar el beneficio del país por sobre intereses electorales menores. Como la mayor parte del Frente Amplio, Seregni apoyó la redacción de la ley que permitía asociar a Ancap con capitales privados. Pero cuando vino la embestida sindical no se dio vuelta, como sí hizo la plana mayor de la coalición. Por ejemplos como ése fue que Seregni dijo más de una vez que el Frente Amplio no estaba preparado para gobernar.
Algunos de esos dichos fueron festejados por dirigentes de los partidos tradicionales, con una miopía que ya parece ceguera. No veían que el ejemplo de Seregni también los dejaba a ellos en falsa escuadra. ¿Qué partido tiene hoy políticos capaces de ir contra la corriente, de hablar con sinceridad de los problemas propios, de buscar la verdad sin consultar antes lo que dicen las encuestas? Los poquísimos que hay están tan aislados y en minoría en sus propios partidos como lo estaba Seregni en el Frente.
Seregni dedicó sus últimos años a su Centro de Estudios Estratégicos 1815, pero antes de morir tuvo la precaución de cerrarlo. Quizás sintió la certeza de que no habría nadie capaz de dirigirlo: la palabra "estrategia" provoca pavor en nuestros políticos. La nota de tapa de esta edición, que explica cómo décadas de desidia, improvisación y derroche terminaron en el actual desastre energético, es buena prueba de esta afirmación.
El Centro de Estudios Estratégicos 1815 hizo en 2001 un seminario sobre la reforma de las empresas públicas. Allí Tabaré Vázquez dijo que aceptaba la asociación de estas compañías con capitales privados. Después apoyó los plebiscitos de Ancap y OSE. Allí el presidente Jorge Batlle dijo que muchos de los que dirigían las empresas públicas no sabían nada. Después los dejó en sus puestos tres años más, hasta hoy. Allí todos los grandes dirigentes de los tres grandes partidos mostraron una gran coincidencia sobre cómo modernizar nuestro gran Estado; la prensa festejó con grandes titulares. Después no se pusieron de acuerdo en nada. Y no modernizaron nada.
Pobre Seregni. Le habría ido mejor si en lugar de un centro de estudios estratégicos hubiera creado uno de estudios para el clientelismo, o de marketing y fomento de las encuestas.
Líber Seregni
El frustrado aporte del Centro 1815 es apenas una faceta de la prolífica vida del general. Pero, por sobre sus luces y sombras, hay algo que eleva a Seregni a una categoría de héroe que ningún otro político de hoy puede aspirar. Fue aquel día de 1984, en el balcón de bulevar Artigas, cuando tras diez años de injusta prisión y ante la multitud excitada, Seregni usó un megáfono para pedir por la paz, por la construcción de un país mejor, por la democracia, y no por la revancha. "Ni una sola palabra negativa, ni una sola consigna negativa", exhortó. Y la multitud le hizo caso.
El gran ejemplo de la vida de Seregni es el de la tolerancia, el de haber dejado en un segundo plano sus dramáticas peripecias personales para ayudar a conseguir el bien común.
De eso hablaba Leonardo Guzmán en el cementerio cuando lo hicieron callar. El ministro había señalado que Seregni hizo "uno de los sacrificios más grandes y más notablemente llevados que hayan visto las generaciones hoy vigentes". Luego, quizás con algún rodeo excesivo pero en perfecta consonancia con el espíritu de Seregni, alcanzó a decir: "todos tenemos para perder en la confrontación". Entonces la silbatina y los cantos de miles de intolerantes lo obligaron a callar. Antes, algunos habían intentado que Stirling no pudiera entrar al cementerio. Otros le pegaron a Yamandú Fau y a su esposa.
El sectarismo es una plaga que mina la democracia uruguaya. Existe en todos los sectores y en todos los partidos. No puede sorprender que esa intolerancia aflore en el Frente Amplio, cuyos militantes de La Teja llegaron al repugnante extremo de obligar a abandonar el barrio a Hugo Batalla, el abogado que tuvo el coraje de defender a Seregni y a Sendic frente a la Justicia Militar en los tiempos más tenebrosos de la dictadura.
Pero que la intolerancia aflorara en el entierro de Seregni fue doblemente doloroso. Fue triste, como todo acto de fanatismo. Fue penoso porque mostró hasta qué punto el extraordinario ejemplo de Seregni no es comprendido, ni siquiera por los que se dicen sus seguidores.
Cuando Guzmán fue acallado, la televisión dejó de transmitir desde el cementerio. Ya no pudimos ver las imágenes de los políticos amontonados en primera fila para tratar de ganar un puntito en la encuesta de mañana. En los estudios de TV Libre, y con cara de consternación, el periodista Antonio Ladra dijo: la memoria del general Seregni no merecía un final así. Es cierto.
Que Seregni se haya muerto es triste. Pero lo que más duele es que nadie recoja su herencia.

Columna publicada en el suplemento Qué Pasa del diario El País el 7 de agosto de 2004.

4.9.14

Rapiditas del periodismo

Hoy, cuando cada persona es dueña de sus propios medios de comunicación gracias a las redes sociales, una de las funciones fundamentales del periodismo es seleccionar y chequear que cosas son ciertas y verdaderas dentro del mar de información que circula por internet.
Sin embargo, lejos de asumir ese rol clave para la buena información ciudadana, muchos periodistas y medios de comunicación se suman a la ola difundiendo lo primero que ven, divulgando información sin confirmar, dando como cierto cualquier dato solo porque alguien lo dijo antes.
Se corre pero no se piensa. Se repite pero no se verifica. Se hace surf con la información, pero no se investiga. Se trabaja mal y al final del camino se vende lo falso como verdadero.
Hay dos ejemplos impresionantes de las últimas horas.
La página de Tenfield informó el martes 2 que Matías Dutour, un súper meritorio chico de 19 años que hace deporte a pesar de faltarle un brazo, había sido ascendido al plantel de primera división de Nacional.
Periodismo tuit tuit
Periodismo rapidito, rapidito. 
La noticia tuvo un inmediato rebote en las redes sociales y enseguida buena parte de la prensa uruguaya la reprodujo como si fuera un hecho: en el mundo actual del periodismo tuit tuit, basta que un medio diga algo para que otros medios lo den por cierto. Rápido, muy rápido, la prensa mundial se sumó a la ola: "Le falta un brazo y llegó a la primera de Nacional", tituló Clarín. Hasta la Gazzetta Dello Sport hizo un artículo. Un portal peruano tituló: "Conoce la increíble historia del jugador sin brazo que debutará en la primera de Uruguay".
Pero Matías no va a debutar en primera, no todavía. Sin que esto le quite ningún mérito a su ejemplar historia de vida, Matías no fue llamado por el técnico Álvaro Gutiérrez a sumarse al primer equipo de Nacional. La noticia que dio la vuelta al mundo nunca ocurrió. Está mal.
Lo que pasó fue que a Nacional le faltaban jugadores para completar el entrenamiento debido a que algunos futbolistas de su plantel principal estaban lesionados, enfermos o con problemas varios. Como la tercera división tenía un partido oficial y no se podía recurrir a sus integrantes, el técnico completó el plantel llamando, excepcionalmente, a algunos chicos de la cuarta división.
Matías juega en cuarta, donde generalmente es suplente.
Aunque está claro que eso no le quita méritos, no está en los planes del club sumarlo por el momento a su plantel de primera. Cualquier vocero de Nacional le habría explicado esto a cualquier periodista que se hubiera molestado en levantar el teléfono.
Este manejo veloz e irresponsable de la información no solo ocurre en el fútbol. El segundo caso de las últimos horas es el del tiroteo en la puerta de la casa de la jueza Julia Staricco, del cual se han ocupado todos los medios uruguayos en los últimos días. El miércoles se daba como un hecho consumado que la casa de la jueza había sido baleada. Hoy jueves se da como un hecho consumado que no hubo ningún balazo. Las dos cosas no pueden ser ciertas. Pero no importa: alguien dijo una, alguien dijo la otra.

1.9.14

Aclaración sobre cadena de correos

El 15 de mayo escribí lo siguiente en Facebook:

"A propósito de que The Economist eligió a Uruguay "el país del año" y de la crónica sobre Uruguay que escribió Juan José Milás para El País de Madrid ('Uruguay, el país que sorprende al mundo'), una revista extranjera me pide que escriba un artículo respondiendo si hoy Uruguay es todo eso que se dice, una especie de paraíso en la Tierra. Acepto y agradezco opiniones, cuánto más fundamentadas mejor. Y por favor: manteniendo el decoro, la tolerancia y la educación. Gracias".

Mi propósito era recibir opiniones e ideas que aportaran a la nota que tenía que escribir, y así resultó: recibí cientos de colaboraciones, de los puntos de vista más variados, que se pueden leer en esa entrada, en mi muro de Facebook del día 15 de mayo.
Uno de esos aportes fue un largo escrito del señor Oscar Ventura.
Alguien, no sé con qué intención, si fruto de alguna confusión o de la mala fe, está haciendo desde hacía días circular una cadena de mails con lo escrito por Ventura, como si fuera de mi autoría.
La cadena lleva como título la frase "Imperdible, sin desperdicio" y luego dice que se trata de una "Operación destape".
Como prueba la foto que acompaña esta aclaración, y cualquiera puede comprobar en mi muro de Facebook en la entrada del 15 de mayo, el texto que se me adjudica no lo escribí yo, sino el señor Oscar Ventura.

Uruguay paraíso Ventura

15.8.14

Lo que nos tenía podridos

Esta columna la escribí en el suplemento Qué Pasa, del diario El País, en la edición del 1 de noviembre de 2003, en pleno gobierno de Jorge Batlle (Partido Colorado).
La recuerdo para algunos desmemoriados. Y para que quien así lo desee se ejercite y vea si el Uruguay cambió mucho o cambió poco en los casi once años que pasaron desde entonces.

Lo que nos tiene podridos


El título de tapa de esta edición de Qué Pasa choca. Y duele. Su origen está en la expresión del ex ministro y precandidato presidencial del Partido Nacional, Sergio Abreu, que dijo estar "podrido" del hueco debate sobre el plebiscito de Ancap. Su sentido es claro: no es EL Uruguay lo que nos tiene podridos, sino UN Uruguay.

Suplemento Qué Pasa tapa Uruguay
Ilustración de Noelí Seveso.
El Uruguay que nos tiene podridos no es todo el Uruguay, sino el Uruguay de las batallas electorales vacías, el Uruguay que no se puede poner de acuerdo en nada, el de los corporativismos salvajes. Un Uruguay cuya agenda política la fijan las encuestas y un sindicato de empleados públicos.

Nos tiene podridos el Uruguay del doble, del triple discurso. Un Uruguay donde el mismo senador que redacta una ley junta firmas para derogarla. Un Uruguay en el que los mismos que hablan de la eficiencia del Estado lo han llenado, clientelismo político mediante, de miles de empleados que sobran. El Uruguay de los ñoquis. El Uruguay donde hay funcionarios públicos que cobran su sueldo 11 años sin pasar por el trabajo. El Uruguay que tiene presidentes que le ponen la firma a tamañas aberraciones, y después ni siquiera dignan explicarse.

Nos tiene podridos el Uruguay que gasta sus escasos recursos sin prioridades. Un Uruguay que es incapaz de enseñar a leer y escribir correctamente a sus jóvenes. Un Uruguay con partidos políticos gobernados eternamente por los mismos. Un Uruguay donde las empresas del Estado las dirigen los políticos fracasados. Donde los que realizan negocios ruinosos para el Estado siguen tan campantes.

Nos tiene podrido el Uruguay donde a los que vacían un banco les dan otro para que lo intenten de nuevo. Nos tiene podridos un Uruguay donde siempre todo está mal, incluso pretender llevar 30 turistas a la isla de Lobos. Un Uruguay donde los que bloquean cada oportunidad, después se quejan del desempleo.

Nos tiene podridos el Uruguay frivolón de las lágrimas de cocodrilo. El Uruguay de los intelectuales plagiadores que dictan cátedra. El Uruguay donde el mérito nunca es nadar, sino hacer la plancha.

Es un Uruguay que no invierte en ciencia, que no investiga, que se resigna a que su energía sea siempre el petróleo importado. (Eso sí, nos arrancamos los ojos para ver quién es el dueño de la refinería).

En Qué Pasa no nos resignamos a ese Uruguay.

Hay dos notas centrales en esta edición. Una está hecha en Montevideo y la otra en el lejano pueblo de Pepe Núñez, en Salto. A primera vista, los dos artículos pueden parecer distintos. Pero los dos dicen lo mismo.

31.7.14

Un hombre puede cambiar el mundo

Una sola vez fui a una embajada a firmar un libro de condolencias: fue cuando mataron a Isaac Rabín, el primer ministro de Israel.
No recuerdo si escribí algo o solo firmé aquel cuaderno, pero sí tengo presente el dolor que sentía aquel día, el pecho oprimido por la angustia y las ganas de llorar.
No solo se trataba de la muerte injusta de un hombre bueno y valiente. Sabía -porque era fácil darse cuenta- que aquel asesinato tendría consecuencias funestas.
A Rabín, que había tenido la visión y el coraje de negociar la paz con los palestinos, lo asesinó el 4 de noviembre de 1995 un malnacido llamado Igal Amir, un fanático, un fundamentalista, un racista, que veía al primer ministro israelí como si fuera el diablo por haber buscado y trabajado por un entendimiento entre los dos pueblos.
Recuerdo con exactitud que hacía yo el 13 de setiembre de 1993, cuando Rabín y Arafat se dieron la mano.
Trabajaba en el semanario Búsqueda y muchos de mis compañeros se reunieron en una salita que tenía un televisor para ver ese momento en vivo y en directo. Por lo general, las mayores convocatorias de la salita se daban cuando había un partido de fútbol importante. Pero aquel día éramos muchos. Era Historia, con mayúsculas, como cuando el hombre llegó a la Luna, como cuando cayó el Muro de Berlín: historia de la grande, verdadera. La paz.
Tuve que levantarme antes, para que no vieran que se me estaban cayendo las lágrimas.
Hoy frente al televisor las lágrimas no brotan de la emoción sino de rabia y dolor.
Igal Amir, maldito: tu obra está hecha.
Un hombre puede cambiar el mundo. Para bien o para mal.

Isaac (Yitzaak) Rabín, Clinton, Arafat

22.4.14

¿Cómo se financia la política uruguaya?

Es un tema del que nunca se habla, aunque es central para tener una democracia sana y creíble: ¿de dónde salen los millones de dólares que financian las campañas políticas en Uruguay?
En las últimas semanas dos importantes politólogos han escrito sobre el asunto, ante la indiferencia de los principales actores políticos, que parecen no entender que en ello va la credibilidad de todo el sistema.
Oscar Bottinelli escribió en El Observador, el 30 de marzo:
"Los costos de las campañas electorales son crecientes, asfixian a los actores políticos, los obligan a recurrir a fuentes privadas de financiamiento con el consiguiente condicionamiento, a otros los lleva a abandonar la carrera. ¿Qué ha hecho el sistema político para resolver un problema que lo agobia? Descargar su furia y su impotencia en privado y no hacer nada en los hechos".
Daniel Chasquetti, por su parte, dedicó una de sus columnas en Montevideo.com a este problema. Recordó que parte del dinero lo aporta el Estado, que paga a los partidos 13 unidades indexadas por voto en las elecciones internas, 87 en las nacionales, diez en el balotaje y 13 en las municipales. En 2009, solo por las elecciones de octubre, recordó Chasquetti, el Estado transfirió a los partidos algo más de 18 millones de dólares.
Pero la ley no fija un tope a lo que se puede gastar en cada campaña, y todos gastan más y más y el dinero que pone el Estado nunca alcanza. Entonces, los partidos recurren a los aportes privados, la mayor parte de ellos proveniente de empresas y empresarios.
Recuerda Chasquetti que la legislación vigente fija un máximo de 300.000 UI, algo más de 36.000 dólares, para cada donación privada. Mientras tanto, las empresas concesionarias de servicios públicos no pueden hacer aportes mayores a 10.000 UI (1.200 dólares).
¿Quién controla esto? La Corte Electoral, un organismo que no tiene ninguna capacidad real para comprobar que lo que declaran los partidos políticos sea cierto. Es como pedirle a la intendencia de Artigas que controle el mar territorial uruguayo. O como encomendar al Municipio G de Montevideo la vigilancia de nuestras fronteras con Brasil.
Para Chasquetti los partidos políticos pusieron a la Corte Electoral a controlar sus gastos de campaña "simplemente porque no desean ser controlados".
"O sea, con la legislación actual se creó una pantalla para que los ciudadanos, los medios y los observadores internacionales digan que Uruguay cuenta con normativa moderna sobre el problema del financiamiento. (...) Los informes que se presentan ante la Corte Electoral además de ser poco exhaustivos suelen ocultar buena parte de los ingresos y egresos. O sea, las declaraciones juradas no solo son imprecisas sino que mienten deliberadamente sobre el monto real que cada partido invirtió en la campaña electoral. Bajo estas condiciones, no deberíamos sorprendernos si un día de estos alguien descubre que los fondos de tal o cual partido provienen de fuentes ilegales".
Lo que dicen Bottinelli y Chasquetti es muy grave y no ha merecido ninguna respuesta de los partidos. Deberían responder. Botinelli habló de "condicionamientos". Es decir: el que pone dinero luego condiciona decisiones.
Buquebus - financiamiento de los partidos
La famosa foto de El Observador
¿Cuántas cosas que ocurren en los gobiernos uruguayos podrían explicarse mejor si se supiera la verdad sobre la financiación de las campañas?
¿Estará Aratiri financiando alguna campaña? ¿Quizás todas?
Hace unas semanas, Luis Lacalle Pou declaró en Brecha que su sector invertirá -tan solo en las elecciones internas- la tremenda cifra de 1,7 millones de dólares.
Seguramente no sabremos quién puso ese dinero, ni el de los otros precandidatos, porque la ley que sancionó el sistema político uruguayo ("una pantalla", según Chasquetti) no alcanza a las elecciones internas.
Es mucho dinero que sale de la sociedad uruguaya, que pasa por los partidos y que, en un altísimo porcentaje, termina engrosando las arcas de los canales privados de televisión, los grandes beneficiarios de cada campaña electoral y de este sistema opaco e indigno de una verdadera democracia.
¿Quieren que la gente crea en la política?
Entonces, háganle caso a Bottinelli y a Chasquetti y háganla transparente.

el.informante.blog@gmail.com

15.4.14

Ruleta rusa en la Ciudad de la Costa

Hace unos días el Uruguay entero se conmovió con la muerte de una familia entera, una madre y sus tres hijos chicos, atropellados por un automovilista que perdió el control de su vehículo, en la ruta 8, en Villa García.
La muerte gratuita de tres niños de 1, 3 y 4 años, junto a su madre, una joven de 24, horrorizó a todo el país. Los vecinos luego denunciaron la falta de señalización y de control del lugar, donde los autos circulan a alta velocidad a pesar de ser una zona urbanizada.
A la luz de esta tragedia, vale la pena contar lo que hoy está pasando en la Ciudad de la Costa.
Luego de muchos años de promesas, comenzó a instalarse la red de saneamiento. Las calles que se ven beneficiadas con esta conexión, son también pavimentadas.
¿Qué puede tener esto de malo?
Mucho, porque esta obra tan beneficiosa y tan esperada está siendo llevada adelante con una asombrosa falta de respeto por la vida humana.
Las calles en los balnearios de la costa nunca tuvieron veredas. La gente caminaba por las calles, pero los pozos obligaban a los autos a ir muy despacio. No era una situación ideal, pero tampoco representaba un gran peligro para los peatones.
Ahora, con el saneamiento, cada calle fue dotada a sus costados de dos grandes canales abiertos que recogen el agua de la lluvia. A diferencia de lo que ocurre en el resto de las ciudades del Uruguay, estos canales corren a cielo abierto, no son subterráneos. Las calles se angostaron para colocar estos zanjones. Y se pavimentaron. Pero no se le hicieron veredas.
Canelones Comuna Canaria
Los niños juegan por donde pasan los autos
Ahora los autos pueden ir rápido. Es cierto que se colocaron carteles indicando que la velocidad máxima es 30 kilómetros por hora. Pero nadie fiscaliza y muchos conductores, liberados de la pesadilla de los pozos que los atormentaron durante décadas, obviamente van más rápido. En el medio, entre los autos y las motos, van los niños que van a la escuela, los padres con sus cochecitos de bebé, los adolescentes que andan en skate.
Es INCREÍBLE que los responsables de obras de la Intendencia de Canelones (ampulosamente auto rebautizada Comuna Canaria) no se hayan detenido un segundo a pensar en las vidas de los peatones. ¿Creen acaso normal que la gente deba caminar entre los autos? ¿En qué lugar del mundo se inspiraron para llevar adelante semejante proyecto?
Como era evidente que ocurriría, ya hubo un muerto, una profesora del liceo de Solymar que se dirigía a dar clase. Un muerto por la falta de veredas. Una persona que murió por estar obligada a caminar entre los autos, en calles de lustroso pavimento, con zanjones de desagüe, pero sin veredas.
Las fotos muestran, para los que no frecuentan la zona, las escenas que, como una ruleta rusa, se repiten cientos de veces cada día en la Ciudad de la Costa. ¿Cuántos muertos más tendrá que haber para que la Intendencia de Canelones se dé cuenta que la gente y los autos no puede circular por la misma vía?
Canelones intendencia
Autos, bicicletas, gente, todos mezclados








Ciudad de la Costa- Intendencia de Canelones - Comuna canaria
Un automóvil esquiva a una familia














el.informante.blog@gmail.com

20.3.14

Liberaij. La verdadera historia del caso Plata Quemada. Entrevistas, reseñas, críticas


Liberaij. Plata quemada. Mereles.
Un policía golpea con su zapato lustroso al moribundo Mereles,
cuando lo sacan del Liberaij. La foto la publicó el diario La Razón de Buenos Aires.
En Uruguay nadie la difundió.


Crítica en la revista digital MOOG, a cargo del periodista Luis Melgar:

Crítica en el diario La República, a cargo del periodista Hugo Acevedo:

Entrevista con el periodista Álvaro Carballo, en TNU (ex Canal 5):






Liberaij batalla porteños
Así quedó la cocina del apartamento 9 del Liberaij.
Foto del diario La Razón de Buenos Aires.



Crónica de la presentación de la primera edición del libro, a cargo del periodista Miguel Arregui en El País:

Asalto de San Fernando
Los hijos del agente Francisco Otero, asesinado en el asalto de San Fernando,
donde comenzó todo.
Foto del diario La Razón de Buenos Aires.


Entrevista en el programa Suena Tremendo, en radio El Espectador, con Juanchi Hounie y Diego Zas:

Entrevista con el periodista Jorge Traverso, en el programa Tiempo Presente, en radio Oriental:



Entrevista del periodista Valentín Trujillo en el diario El Observador:


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