2.11.14

Diez apuntes sobre las elecciones

Diez cosas que me atrevo a decir sobre las elecciones.
1) Un porcentaje importante de uruguayos nace a la vida política con una camiseta y muere con ella, a pesar de todo. Se quejan, se escandalizan incluso, pero al final votan lo mismo. Eso reduce los costos que los gobiernos pagan por sus errores y horrores.
2) Los que no tienen la camiseta puesta, deciden su voto según motivos varios, pero el principal en el mundo entero es el económico. Desde que asumió el Frente Amplio, crecieron los salarios de empleadas domésticas, obreros de la construcción, maestros, policías, trabajadores rurales y un largo etcétera. Todavía hay muchos salarios muy modestos, demasiados, más de los que algunos dirigentes del Frente Amplio gustan admitir, menos aún en esta hora de euforia. Pero, en promedio, antes eran peores. ¿Alguien que hoy vive mejor cambiará su voto por el escándalo de Pluna? No creo.
Mujica elecciones Uruguay
Vota el presidente Mujica. Foto: Presidencia del Uruguay.
3) Lo anterior explica también el triunfo del Frente Amplio en departamentos donde antes arrasaban los blancos. Un colega que recorre el interior me dijo sobre la alta votación del Frente Amplio en pueblos del interior profundo. "Ahí votan los trabajadores rurales que ahora tienen una ley que reduce a ocho horas su jornada de trabajo, que multiplicaron su sueldo, que ahora se pueden comprar una moto y un teléfono celular, acceden a internet y conocen lo que pasa en el resto del país y en el mundo. De esos pueblos, además, salen muchas de las empleadas domésticas del país".
4) Además de la gente que mejoró su salario, están los que reciben ayuda económica directa. Esos menos que menos van a cambiar de voto.
5) A la hora de definir el sufragio, el único asunto capaz de competir en un plano de cierta igualdad con el económico es el de la seguridad ciudadana. Ese tema también importa y es notorio que una buena parte del electorado no está conforme con la situación actual. Muchos apoyaron el plebiscito para que los adolescentes de 16 y 17 fueran juzgados como adultos si cometían delitos graves no tanto por el proyecto concreto en sí, sino porque reclaman más seguridad.
El plebiscito permitió una cosa curiosa: se podía votar al mismo tiempo al partido que reparte ayudas sociales y mejoró los salarios (Frente Amplio) y por un aumento de la seguridad pública (papeleta del Sí). Hubo miles de estos votos.
Quizás, entonces, el plebiscito terminó por ayudar al Frente Amplio y le dio una válvula de escape al mayor problema que tenía en la elección (y que sigue teniendo hoy todavía).
6) Las encuestadoras y algunos politólogos dicen que la educación es la otra gran preocupación de los uruguayos. Pero la educación, cuyo desbarranque comenzó con los partidos tradicionales y continuó con el Frente Amplio, en el fondo no le importa mucho a nadie. Los padres no marchan por 18 de Julio protestando porque su hijo atravesó todo el liceo y no sabe escribir una carta en castellano, de hablar inglés ni hablamos. Los padres nunca se quejan cuando sus hijos se quedan sin clases porque faltan los docentes ni por el enésimo paro de profesores. Darle una educación de calidad a los pobres para que sus hijos puedan mejorar más allá de los modestos horizontes que hoy se festejan es un enorme debe del Frente Amplio. Pero, mientras haya dinero para parar la olla, nadie lo piensa en esos términos. No nos engañemos: en Uruguay nadie cambia su voto por la educación.
7) Los casos de corruptela y corrupción le importan mucho solo a un electorado ilustrado, minoritario, que sigue las noticias al detalle todos los días. Dentro de ese mundo, hay gente que se molesta y patalea, pero no cambia su voto (ver punto 1). Fuera de ese sector informado, mucha gente ni se entera, más aún si la mayor parte de la oposición decide no hablar de ellos.
Hay muchos ejemplos de como estos casos no deciden las elecciones, no solo en Uruguay sino en el mundo. Menem fue reelecto en Argentina. Berlusconi ganó mil veces. El matrimonio K lo mismo, a pesar de su enriquecimiento. El PT acaba de ganar en Brasil por cuarta vez, a pesar de tener un rosario sin fin de escándalos mayúsculos y muchos importantes dirigentes presos por corruptos.
8) Se habla de que el Frente Amplio tiene una hegemonía cultural que aprovecha en las urnas. Creo que es una verdad a medias. La hegemonía cultural en Uruguay la tiene la izquierda, el progresismo, el igualitarismo, el viejo batllismo original de Don Pepe, el que Jorge Batlle anunció que enterraría y por supuesto no pudo, la idea de que el Estado tiene que ser el escudo de los pobres, como decía José Batlle y Ordóñez. Ese ideal lo aprovechó durante décadas el Partido Colorado, que lentamente, lustro a lustro, se fue corriendo hacia la derecha hasta llegar a la posición que hoy ocupa: es la opción electoral más derechista disponible y por eso vota tan mal. Hoy el partido que más sintoniza el ideal progresista e igualitarista del uruguayo promedio es el Frente Amplio, y los votantes de centroizquierda que resisten en minoría dentro de los partidos tradicionales cada vez son menos. Pero esta elección también mostró una brecha en esa lógica: quedó claro que se puede ser de centroizquierda o de izquierda y no votar al Frente: hubo muchos votos nuevos al Partido Independiente, a la Unidad Popular y al PERI. Hasta el Partido de los Trabajadores, que nunca llegaba a mil votos, esta vez pasó los 3.000. El PI y la UP también resultaron victoriosos en esta elección, en la que todos los que honestamente pueden decir que ganaron están a la izquierda del centro.
9) Los partidos tradicionales hoy no entienden el punto 8.
10) Tomando las palabras del politólogo Daniel Chasquetti "el problema de buena parte del Frente es que tiene poco republicanismo". Es un problema importante y de difícil solución, porque esa falta de republicanismo está en los genes de algunos -no todos- los grupos que componen la coalición. Pero si el Frente no tuviera ese problema, y en vista de los puntos anteriores, le podría ir todavía mejor.

31.10.14

La isla bonita

Se suele analizar lo que ocurre en Uruguay como si fuera una isla, dejando de lado una perspectiva regional. Por eso muchas veces no se lo entiende.

presidentes de Argentina, Brasil y Uruguay
Sarney, Alfonsín, Sanguinetti
Cuando Argentina y Brasil tuvieron dictaduras militares de derecha, nosotros también tuvimos una dictadura militar de derecha. Los tres países regresaron a la democracia en fechas similares y con presidentes que, aunque con matices, tenían un similar signo ideológico: Argentina con Raúl Alfonsín en diciembre de 1983, Brasil con José Sarney (ante la muerte de Tancredo Neves antes de asumir) en abril de 1985 y Uruguay con Julio M. Sanguinetti en marzo de 1985.
Luego los tres países giraron al neoliberalismo en forma casi simultánea: Carlos Menem asumió como presidente en Argentina en 1989, Fernando Collor de Mello en Brasil en 1990 y Luis Alberto Lacalle en Uruguay también en 1990.
Tras ese período, sucedió otro en el cual los presidentes no fueron exactamente iguales: en 1995 en Argentina continúa gobernando Menem mientras que en Brasil asume Fernando Henrique Cardoso, mucho más centrista que el riojano. En Uruguay regresa Sanguinetti. Pero en 1999 Argentina también se mueve hacia el centro, eligiendo la fórmula De la Rúa-Chacho Álvarez. Solo Uruguay, en este caso, marca una diferencia volviendo a apostar por un presidente liberal o neoliberal, según las definiciones: Jorge Batlle, que asume en el 2000.
Los ciclos se emparejaron muy pronto y los tres países giraron al mismo tiempo hacia la izquierda: Lula asumió como presidente de Brasil el 1 de enero de 2003, Néstor Kirchner en Argentina el 25 de mayo de 2003 y Tabaré Vázquez en Uruguay, algo retrasado, el 1 de marzo de 2005.
Es evidente que lo que pasa en Uruguay guarda mucha relación con lo que ocurre con nuestros dos grandes vecinos, de los que formamos parte en distintos momentos de nuestra historia, antes de terminar siendo un país independiente. La relación es clara y continua. Hay una clave regional para entender nuestra política.
Es curioso -y muy empobrecedor para el debate y el entendimiento- que la prensa, el público y los propios dirigentes de los partidos presten tan poca atención a lo que ocurre en países que nos influyen y explican tanto.
Analizar el Uruguay como una isla no ayuda a comprenderlo.

25.10.14

Vamos a votar

Que todos los defectos, vacíos e imperfecciones;
que todas nuestras decepciones y frustraciones, nuestros desencantos;
que todas las injusticias, los abusos y desvergüenzas;
que todos los engaños: el doble discurso, la demagogia y la hipocresía; 
que todas las verdades a medias y las mentiras a secas;
que todas las agachadas y la vanidad disfrazada de falsa modestia;
que todas las limosnas, la pobreza y la miseria;
que toda la ignorancia, la estupidez y la soberbia;
que todas las estafas, los acomodos, la corrupción y el clientelismo;
que todo lo que tenemos en el debe no nos haga perder de vista que nuestra democracia chata es un privilegio;
que nos fue mucho peor cuando no la tuvimos;
muchísimo peor;
que costó dolor,
sangre,
muerte,
heridas que todavía duelen.
Que nunca nos vuelva a faltar.
Que nunca volvamos a dejarnos ganar por los que creen que no sirve para nada.
Que nunca más oigamos los cantos de sirena de los visionarios, los maniqueos, los totalitarios.
Vamos a votar.
Parece poca cosa, pero es mucho, mucho, mucho.

Golpe de estado, dictadura



Últimos comentarios

Páginas vistas

Etiquetas

accidentes de tránsito Adolfo Antelo Alejandro Atchugarry Alemania Alimentación Álvaro Moré Amodio Pérez Ancap Andes Argentina Artigas aviación Bicentenario Bolivia Brasil Caraguatá Carlos Koncke; Alejandro Vegh Villegas Carlos Liscano Cesáreo Berisso charrúas Che Guevara. Checoslovaquia Chespirito - Roberto Gómez Bolaños Chueco Maciel Ciudad de la Costa Comunidad Jerusalén Creative Commons Crónicas de sangre sudor y lágrimas Crónicas y reportajes Cuba Cultura Daniel Castro Daniel Vidart Daniel Viglietti delincuencia Democracia Derechos humanos diarios dictadura Doble discurso europeo Drogas Eduardo Galeano Eduardo Pérez Silveira. Libros educación El Chavo empleados públicos Engler Enrique Tarigo entrevistas ETA Evo Morales Fernández Huidobro Fernando Parrado financiamiento de los partidos políticos Fito Páez Fuerzas Armadas Fútbol Gabriel Ohanian Gabriel Pereyra Gavazzo Gente que no sabe leer y tergiversa lo que uno escribe Gerardo Caetano Grasas trans (transexuales) guaraníes Günter Wallraff Herencia maldita Historia historia reciente Historias tupamaras Historias uruguayas. Hotel Carrasco Hugo Alfaro Hugo Batalla Hugo Bianchi Intendencia de Canelones internet Israel Italia Jaime Roos Jorge Batlle Jorge Lanata Jorge Zabalza Jose Mujica Juan Salgado La República Leonardo Sbaraglia Liberaij Libros Libros. Liber Literatura Luca Prodan Luis Almagro Luis Lacalle Luis Lacalle Pou Madonna Maltrato animal Maracaná Marcelo Estefanell Mario Benedetti Medicina Medio ambiente México Michael Jackson Miguel Ángel Campodónico Milicos y tupas MLN-T Montevideo Música Neber Araújo Nelson Sosa nombres raros Óscar Padrón Favre Oscar Tabárez Pablo Cuevas Paco Casal Palestina Paraguay Partido Colorado Partido Comunista Paz Peñarol periodismo periodismo cloacal Perú PIT-CNT Plagios y otras situaciones dudosas Pluna Política Política uruguaya Pollo homosexualizante Primavera de Praga publicidad Racismo Radio Raúl Sendic redes sociales Relato Oculto Renzo Pi Hugarte Roberto Canessa Rock sabihondos Salud Sin comentarios Sindicalismo sindicatos Sirios en Uruguay Sobre lo políticamente correcto Sonia Breccia Sumo Televisión Tenis terrorismo tortura trabajo Twitter Un mundo sin Gloria Uruguay Venezuela Víctor Hugo Morales. Violencia doméstica Visto y/o oído zoológico

Atención

Los derechos de los textos
publicados en El Informante
pertenecen a Leonardo Haberkorn.
No se permite la reproducción
sin autorización del autor.