15.5.25

Entrevista con Henry Engler

Hay mucha gente indignada o enojada con la entrevista que le hicimos a Henry Engler hoy en Desayunos Informales. Lo expresan a través de las redes sociales, donde esos sentimientos reinan a sus anchas. Los indignados se sienten con derecho y autoridad para volcar en las redes sus furibundos juicios lapidarios, descalificaciones tajantes y una amplia gama de insultos y abominaciones.

Nadie puede cuestionar la cobertura que el canal le dio a la muerte del expresidente José Mujica. Más esforzada y completa imposible.

En Desayunos Informales le dedicamos todo el programa del miércoles, agregándole dos horas adicionales a la primera parte informativa.

Fueron entrevistados sobre lo que Mujica representó y sobre cuál es su legado Ernesto Agazzi, Gerardo Caetano, Julio María Sanguinetti, Juan Martín Posadas y dos periodistas autores de libros sobre Mujica: Andrés Danza y Walter Pernas. Difícil conseguir una mejor selección de invitados. Un lujo. 

Hoy jueves volvimos a dedicarle el programa por entero a Mujica, en un reconocimiento explícito de la importancia de su figura. Esta vez intentamos trascender la visión general y buscando profundizar en aspectos puntuales de su trayectoria. Por eso elegimos a Henry Engler (para hablar de la época de la guerrilla y la condición de rehenes que ambos padecieron), a Oscar Botinelli (para hablar de cómo la ausencia de semejante líder marcará el panorama político) y a Pancho Vernazza (para recordar la campaña electoral de 2009, que llevó a Mujica a la Presidencia, y en la que fue su principal asesor).

Todo eso no es soplar y hacer botellas. Requiere un enorme esfuerzo de todo el equipo del programa para pensar los encares, las ideas, elegir los mejores invitados para cada una, invitarlos, organizar el programa y preparar las entrevistas.

Cualquiera que diga que no le dimos el lugar que merecía la muerte de Mujica, es evidente que habla sin saber o sin evaluar la totalidad de las cosas. 

En todo caso, se equivoca.

No tengo que decir con el respeto que se hizo cada una de estas conversaciones. Eso, por supuesto, no implicó no hablar de la etapa guerrillera en la vida de Mujica y de su responsabilidad política al respecto. ¿Había que cancelar esta etapa de su vida? No. Imposible. Fue central en su trayectoria personal y tuvo efectos que aún perduran en la política del país.

La entrevista con Engler giró en un 99% sobre su amistad con Mujica, la cárcel, la condición de rehenes, la reflexión sobre la peripecia vivida. 

Sobre el final le pregunté por las afirmaciones de otros dos tupamaros históricos -Ismael Bassini y Enrique Osano, sobre su participación en el asesinato de Pascasio Báez. Tales afirmaciones están recogidas en mi libro "Caraguatá. Una tatucera dos vidas". Son duras, son categóricas e implican a Engler. Las razones de la pregunta también se las expliqué al entrevistado.

Cuando escribí el libro, consulté a Engler respecto a si tenía algo para decir y se excusó. Tras su publicación, y en la primera vez que volvía a hablar con él, correspondía preguntarle si había leído lo que habían dicho de él y si tenía algo para decir al respecto. En ese sentido, la pregunta no solo era pertinente, era necesaria y era OBLIGATORIA.

Caraguatá. Pascasio Baez

Engler pudo no haber contestado excusarse, como había hecho antes, pero eligió responder. Y la respuesta fue importante. Agregó nuevos elementos a un suceso histórico que merece la misma verdad que todos los otros. ¿O hay sucesos que merecen verdad y otros que no?

Se dice que la pregunta fue una falta de respeto a Mujica y realmente no se logra entender el razonamiento.

Sobre Mujica la famosa pregunta a Engler no cambia nada. Que el MLN-T asesinó a Báez (y a otros) ya se sabe. La responsabilidad política como dirigente por todos los actos del MLN-T, Mujica ya la cargaba y la carga. Justamente su mayor logro, su marca de grandeza, es haberse sobrepuesto, reinventado, haber sido la clave para que aquel grupo derrotado y violento, se transformara en una fuerza democrática y ganadora que lo llevó a él mismo a la Presidencia, y ahora también a uno de sus principales discípulos.

En cuanto a la responsabilidad concreta sobre la muerte de Pascasio Báez -que de eso se trató la pregunta- es sabido que Mujica no tuvo arte ni parte, que no le correspondió ninguna acción o decisión al respecto, que estaba preso y se enteró mucho después que la desgracia había ocurrido.

¿Entonces?

La pregunta a Engler y su respuesta en nada manchaba a Mujica y a su sepelio. Tanto es así que -para completar una tarde inolvidable en las redes- un inmoral, anónimo y cobarde, representante vernáculo de esa nueva extrema derecha que cultiva la mentira como arma, y que tiene una cuenta de Twitter que le copia el nombre a este blog, inventó que Engler había dicho en Desayunos que Mujica dio la orden de matar a Báez.

O sea, tuvo que inventar una respuesta, tergiversando la entrevista y la verdad histórica sobre el episodio, para intentar transformar lo ocurrido en un ataque personal a Mujica.

Porque eso no ocurrió en el programa.

1.3.25

40 años de democracia

El 1 de marzo de 1985 yo estaba haciendo uno de mis primeros trabajos como periodista: cubriendo la recuperación democrática y la asunción de Julio María Sanguinetti. Lo hacía como fotógrafo del semanario Hechos, de la ciudad de San José.

No me pagaban, pero tenía pase libre para acceder a todos los eventos políticos y artísticos y lo consideré suficiente. Aquel día en Montevideo, el mundo rendía homenaje a la democracia en Uruguay y aquí estaban muchos de los principales líderes políticos del momento, desde Raúl Alfonsín a Felipe González, pasando por Bettino Craxi y Daniel Ortega.

En cuanto a los artistas, cantaron en varios escenarios montados en distintos lugares de Montevideo, entre otros, Charly García, Los Abuelos de la Nada, José Luis Perales, Larbanois-Carrero, Los Olimareños, los nicaragüenses Mejía Godoy, Silvio Rodríguez y Pablo Milanés.

¡Increíble!

No existía la fotografìa digital. En las conferencias de prensa que dieron cada uno de estos artistas, la gente nos pedía a los fotógrafos que los retratáramos junto a sus ídolos. Yo tomé varias. La gente te dejaba su teléfono para que luego les llevaras la foto. Terminé vendiendo muchas. Fue el primer dinero que cobré como periodista. Periodista gráfico, en este caso.

Lamentablemente, he perdido mucho de lo que saqué aquel día. Pero, por suerte, no todo. Dejo aquí siete fotos que yo tomé, una que me tomaron a mí en el Salón de los Pasos Perdidos y otra de la conferencia de prensa de Daniel Ortega, donde soy uno más entre muchos colegas. Allí, en nombre del semanario Hechos de San José, le pregunté a Ortega cuándo comenzaría a regir la libertad de prensa en Nicaragua, tal como comenzaba ese día a regir en Uruguay. 

Algunas de estas fotos se usaron en la tapa del libro La muy fiel y reconquistadora. Memorias de una generación que no perdió la democracia, pero luchó para recuperarla.

Aquel momento, el dejar atrás una dictadura de 12 años, fue histórico. Fue un tiempo de ilusiones colectivas muy fuertes. No todas se han cumplido, por supuesto. Pero la libertad y la democracia se han afianzado y se han fortalecido. Esa es tarea de todos los días.

Hoy la fiesta se repite 40 años después. Que siga así para siempre.

 


 
 
Uruguay, democracia
Barra de Democracia Avanzada y heladero Smak


democracia, uruguay

Militancia del Frente Amplio en la Intendencia

 
 
Sanguinetti en plaza Independencia


Julio María Sanguinetti, Uruguay, democracia

Julio María Sanguinetti, Uruguay, democracia, 1985


Daniel Ortega en Uruguay
Conferencia de prensa de Daniel Ortega

Leonardo Haberkorn


27.2.25

Liberaij después de Liberaij: el padre de Mereles degollado

Liberaij. Plata quemada. Leonardo Haberkorn
La saga de los pistoleros del Liberaij siguió alimentando la prensa muchos meses después de acallado el mayor tiroteo de la historia policial del Uruguay.

La digitalización de una colección del diario argentino Crónica permitió rastrear varias noticias publicadas en los meses siguientes, muchas de las cuales tuvieron como centro, o como trasfondo, las especulaciones acerca de quién se había quedado con el botín de la banda obtenido tras un sangriento asalto a la municipalidad de San Fernando.

Como saben todos aquellos que leyeron Liberaij. La verdadera historia del caso Plata quemada es un falso mito que los pistoleros quemaran el dinero durante la batalla campal que sostuvieron contra al menos 350 policías.

Roberto Dorda, Marcelo Brignone y Carlos Mereles fueron muertos por la policía uruguaya el 5 de noviembre de 1965 en el edificio Liberaij, tras 16 horas de balacera ininterrumpida. Mario Malito sobrevivió tres semanas más y fue acribillado el 29 de noviembre de 1965 por la policía de Buenos Aires.

Carlos Mereles. Francisco Mereles. Liberaij
El 3 de enero de 1966 el caso volvió a la primera plana de los diarios argentinos con una noticia escalofriante: el padre de Mereles, Raúl Francisco, un borrachín y ladrón de poca monta de 48 años, apareció degollado entre las vías del tren y la calle Irala, en la Boca.

"El padre de Carlos Alberto Mereles, el pistolero muerto en el asombroso tiroteo de Montevideo, apareció decapitado, con la cabeza a quince metros del cuerpo", señaló el diario Crónica.

El tabloide describió así la escena del caso: "La posición del cuerpo, de espaldas, como si la tremenda mutilación le hubiese sorprendido mirando las estrellas en aquel paraje desierto, y después, metros más allá la cabeza horrible, con rictus en los labios como ensayando la postrera protesta frente al trágico destino de una familia signada para recorrer todas las escalas de la mala vida. El cronista también pudo apreciar dos detalles curiosos y sugestivos: primero, el cuerpo no presenta un solo rasguño, y la cabeza no ofrece, aparentemente, las señas del golpe que pudo causarle un accidente".

En base a estos detalles, Crónica especuló con que había "algo oscuro" en el "macabro hallazgo", y conjeturó que la muerte de Mereles padre podía estar relacionada con las actividades de la banda de su hijo "muerto en Montevideo en una acción policial que supera todas las películas y novelas donde el crimen campea en páginas de horror y de espanto". 

"Entre las suposiciones —la policía hasta ahora mantiene silencio— podría agregarse que Raúl Francisco Mereles fue colocado en las vías para que la locomotora lo decapitase", señaló el periódico.

Tal atroz venganza podría estar relacionada con Mario Malito, "el más feroz, el pistolero y jefe de la banda", el único que había burlado el cerco en Montevideo.

"Malito retornó de Montevideo, huyendo, hacia Buenos Aires. Algunos creen que en su estada en ésta, antes de caer bajo las balas policiales, pudo haber estado con Mereles padre (...) La entrevista habría tenido por objeto hacerse de parte del dinero robado en el sangriento asalto a la Municipalidad de San Fernando. Dentro de las posibilidades se encuentra la de que, tras la entrevista, Mereles padre hubiese localizado a Malito, o por lo menos hubiese hablado más de la cuenta y esto provocase complicaciones en los planes de huida del pistolero. La otra circunstancia digna de tenerse en cuenta es de que Mereles padre no hubiese sabido dar razón de ese dinero a Malito, o le hubiese explicado que su hijo lo llevó consigo a Uruguay u otra posibilidad que, a la postre, llevaron a Malito a la necesidad de planear un asalto en un garage -donde fue muerto por la policía (...). Así las cosas, para 'alguien' la muerte de Malito fue exclusiva culpa de Mereles padre. La oportunidad se buscó o se dio, en el trágico juego de los delincuentes. Y se cumplió. Puesto sobre la vía, en el tiempo que pudo haber demorado el tren al pasar, Raúl Francisco Mereles, padre de uno de los más feroces pistoleros que haya dado el submundo de Buenos Aires, puede haberse escrito un crimen horrendo, de venganza feroz".

Carlos Mereles. Francisco Mereles. Mario Malito. Liberaij

El cronista también arriesgó una alternativa distinta. Mereles padre quizás sospechaba que Malito había entregado al resto de la banda en Montevideo. Y como venganza, entregó a Malito a la policía bonaerense. Su muerte, degollado por un tren, habría sido una venganza de amigos de Malito.

"¿Puede haber delatado a Malíto el padre del pistolero Mereles?", se preguntaba Crónica. "Tampoco se sabrá. Solamente, de ser así, permanecerá guardado en inviolable secreto policial".

Al día siguiente, el 4 de enero de 1966, Crónica tuvo que rebajar el tenor de sus conjeturas. La muerte de Mereles habría sido un accidente y no un asesinato por venganza.

"Según la información que se suministró oficialmente, el hombre fue decapitado por las ruedas de un vagón, bajo el cual se habría echado a dormir".

Aunque Crónica insistía en sus especulaciones, admitía que "no ha surgido ninguna duda en los investigadores sobre el carácter accidental del hecho".

La explicación oficial era consistente con el hecho de que Mereles padre no tenía hogar y dormía en la calle. Tal como se cuenta en Liberaij, pocos días después del tiroteo en Montevideo, Mereles padre fue arrestado por robar bolsas de fertilizantes de un camión. En esa oportunidad, un periodista de Crónica lo entrevistó y el hombre contó que sus hijos lo habían echado de la casa "por borracho" y que la mayor parte de las noches dormía en camiones estacionadas en Casa Amarilla, un terreno histórico de la Boca que supo pertenecer al almirante Guillermo Brown.

No fue ésta la única noticia sobre el Liberaij, después del Liberaij. Hubo muchas otras referidas a Eva Monaldi, la amante de Mario Malito. Sobre ellas escribiremos en próximos artículos.

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