A propósito de mi a esta altura famosa renuncia a dar clase en una universidad, me veo obligado a hacer un par de aclaraciones respecto a ciertas críticas que he oído.
Pensé que era evidente, pero al parecer no lo es: no estoy en contra de internet, ni de Google, ni de Facebook, ni de Twitter ni de Whatsapp.
Los uso todos. Tengo este blog y lo sostengo desde hace muchos años. Trabajo en un portal. Soy muy activo -y me va bastante bien- en Facebook y en Twitter. Tengo cuenta en Instagram y estoy en unos cuantos grupos de Whatsapp.
A todas estas herramientas les saco muy buen provecho como periodista.
También las usaba como profesor. Y enseñaba a usarlas mejor. A obtener temas e información a partir de ellas. Todas son instrumentos que permiten potenciar el trabajo del periodista.
Claro, si se las usa adecuadamente.
Si estás entrevistando al presidente y te distraés mirando el último mensaje de whatsapp de tu grupo de pilates, la entrevista no va a salir muy bien.
Si estás escribiendo una nota, o mirando una película que tendrás que comentar en un obligatorio, y sentís urgencia en ver la penúltima selfie de la novia del hermano del primo del vecino del rancho que alquilaste en Punta del Diablo, algo está mal.
No te va a ir bien en el obligatorio.
Eso es lo que conté, lo que escribí.
Parece que no estaba claro.
Hay algunos mayores de 40 que tienen menos comprensión lectora que los muchachos de 18.
El otro gran argumento con el que me castigan algunos es el de haber osado mostrar a los jóvenes de 2016 la entrevista de Oriana Fallaci a Galtieri, que es de 1982.
Parece que la apatía y la falta de curiosidad -que son peores y más graves que el abuso del celular- son culpa mía y de la italiana.
La entrevista es vieja, dicen las mentes esclarecidas.
Hablan de las Malvinas y de la dictadura en Argentina. Temas viejos.
Los grandes temas de la entrevista son la democracia y los desaparecidos.
No hablemos más de los desaparecidos. Es viejo.
Con su mismo modo brillante de razonar, ya andarán por ahí pidiendo que los profesores de literatura la corten con la Divina Comedia (viejísima). Mejor que leer un bajón como el Diario de Ana Frank (viejo) siempre se puede leer el catálogo de Tienda Inglesa (nuevo, el último) o la letra de la canción de El Reja y Julio Ríos (nuevísima, hace calor).
La entrevista a la Fallaci se usa en clases de periodismo como ejemplo de entrevista confrontativa. Es clara la preparación previa de la periodista, su conocimiento a fondo del entrevistado, sus dichos y actos. Conoce y tiene información detallada de las circunstancias que rodean a su entrevistado. Tiene un punto de vista, pero está muy atenta a lo que le responde el dictador. Repregunta. Avanza. No se achica. El resultado es brillante. Se podría decir que es al periodismo lo que una composición de Mozart es la música. ¿A Mozart también hay que dejarlo de lado?
Otra entrevista memorable es la que David Frost le hizo a Richard Nixon en 1977. ¡Si será burro Ron Howard que decidió hacer una película sobre ella en 2008! Seguramente lo hizo apuntando a un público septuagenario. Confieso que también pasé esa película en clase y que si algún día doy un curso o taller, volveré a pasarla. No hay caso. No escarmiento.
Hay tipos que son ingenieros, músicos o burócratas o zapateros. Pero saben cómo enseñar a hacer una buena entrevista.
Como Fontanarrosa hacía que Mendieta le dijera a Inodoro Pereyra:
Qué lo parió.
Lo más indignante es que tengas que seguir aclarando tu renuncia, cada vez es más viva esa vieja frase: "Cero bola a la gilada", o como le decían a Toto Pan y agua, "el que nace para pito,...no llega a Corneta" No te gastes más Leonardo!!!
ResponderEliminar...al final terminaste dando la razón a Lorier, fuiste vencido por la "lucha de clases".
ResponderEliminarUna total falta de respeto los impunes agravios del Prof. Javier Mazza en una jornada del CLAEH a Leonardo, lo trató de estúpido, imbécil e idiota por los motivos de su renuncia a la ORT.
ResponderEliminarCreo que a estas alturas tener que aclarar sobre lo que uno sabe, a quienes no hacen más que tomar lo que quieren, tergiversar el resto e intentar demostrar que otros hacen apología con lo que enseñan, no solo no es sano, sino que tampoco es útil. Hay que ignorar los agravios y seguir adelante. También di clases hace años y tuve experiencias similares. Apoyo totalmente su posición, estimado Sr. Haberkorn.
ResponderEliminarNo he logrado resolver aun cual es la solución, pero es claro que es muy difícil, sino imposible llegar a una sociedad que es en definitiva como los alumnos a los que describe. Lo que me asusta más es que no se divisa el fin de la bajada.
ResponderEliminarEn el ámbito académico no entiende quien no quiere,no hay ingenuidad en esa postura de tergiversar, lo expresado en tu carta lo entiende cualquier uruguayo con sentido común. Hay temas que se "esquivan", no es políticamente correcto trabajarlos con los jóvenes...así llegan a facultad. Los que "saltan" lo hacen por algo, se ponen un sayo, sigue siendo rentable que nuestros jóvenes no piensen y el docente que se retuerza ante esto siempre tiene que pagar un precio.
ResponderEliminarSimplemente, hay personas que merecen :
ResponderEliminar* una explicacion.
* otras una respuesta
* otras nada.
Coincido...cada cosa tiene su lìmite y facebook, twitter etc deben ser usados responsablemente, si estàs en clase no podes estar chequeando que pasa en el mfo virtual.
ResponderEliminarEs una lástima que docentes de su talla se deban enfrentar a tanta apatía y superficialidad. Entiendo su dolor y su frustación, pero, sin usted, ¿qué será de los pocos buenos que quedan? ¿quiénes les enseñarán sino los mediocres?
ResponderEliminarLos tipos tienen 20 años. Ya no son "chicos". La culpa es de ellos, que despilfarran recursos de sus padres en asistir a clases sin un mínimo de preparación e interés. No valen la pena.
ResponderEliminarTema de otro debate es que los uruguayos todos le pagamos los estudios a miles de idiotas como éstos, pero que lejos de despilfarrar el dinero familiar, despilfarran el que nos sacan a nosotros.
Y lamentablemente sobre eso, sobre la injusticia implícita en que un indigente le pague la educación a uno mucho más acomodado que él, al tiempo que sus propios hijos pasan hambre ni siquiera pensamos.
Lamento mucho que en mi carrera no me conseguí a un profesor como usted.
ResponderEliminarSolo una logró salvarme del tedio insufrible de tener profesores sin ninguna pasión. No era perfecta, por supuesto, pero me rescató de mi doble decepción por la carrera y la universidad, y me llenó de amor por el diarismo.
Lamentablemente, solo la vi en un curso.
Saludos desde Venezuela.
Adhiero a tus ideas totalmente. Lei tu renuncia y me senti identificada cien por cien, a veces siento en algunos cursos que quiero salir corriendo. Es un tema sin muchas respuestas todavia.
ResponderEliminarLo de dar explicaciones? es un sin sentido, desde mi punto de vista. Es que no ven el verdadero quid de la cuestion en el planteo. Hacia donde vamos???
Me he leído todos los comentarios del blog original, del otro donde aclara algunas "preguntas" y de éste. Y creo que casi todos se enfocan en circunstancias, y no atienden a la tremenda denuncia que usted hace, de lo está avizorando.
ResponderEliminarPor un lado, con el tema de la renuncia: usted tiene el derecho de hacer lo que quiera. Que el objetivo de ser educador, que buscar métodos nuevos, y etc, ya basta.
Por otro lado, con el tema del uso del celular: el que no quiere ver que hay una crisis con el asunto, o no tiene hijos o no tiene ojos para ver al resto.
Y nadie atiende mayormente lo que ha expuesto en el centro de su nota.
Hoy se premia al no pensar. La sociedad del "meme" reina a sus anchas, una técnica que es ideal para tergiversar y para exponer temas... con una futilidad increíble.
Cualquier idea que requiera más de 5 minutos de video o más de tres párrafos es aburrida, y por ende, inalcanzable para la mayoría.
Leer libros? Una utopía.
Cuestionar pseudo reportajes del cable o páginas de dudosa información? Imposible. No me extraña en nada haber conocido alguien capaz de estar convencido de que en realidad las sirenas existían, porque vio una nota en un canal de cable, y un par de páginas en Internet.
Una cosa es querer divertirse un rato y recrearse. Otra es no tener mínimo interés por lo que pasa en tu ciudad, país, planeta. Y otra cosa más es tener cero capacidad de análisis, aunque sea un mal análisis, pero alguno...
Y profesor, yo veo venir lo mismo que usted. Una marea que crece, y no cede. Momentos familiares que se convierten en navegación por facebook/whatsapp en simultáneo. Ni siquiera se puede estar conversando sin que alguien pregunte algo y otro salte: "Busquémoslo en Google"... Ya no se hace ni esfuerzo por recordar!
Pero el tema de fondo, muy de fondo, es que la sobreinformación que se nos provee hoy, no es conocimiento, ni sabiduría... entender la diferencia entre las tres cosas, es el quid del asunto.
Salvo que ya a nadie le importe la sabiduría, ni el conocimiento. Ese sería el momento para retirarnos todos, de cualquier intento por educar y/o enseñar.
No escarmiente nunca profesor. Y permítame llamarle con respeto profesor porque lo que usted denuncia en su carta original es transversal en diversos países (lamentablemente) en Chile, ocurre lo mismo. Sin duda que internet es una maravillosa herramienta para aprender y nunca es tarde para ello. A mi edad (lejos de ser una jovencita) agradezco leer cartas como la suya y acceder a su blog) Muchos sentimos una enorme curiosidad por lo que está más allá de las narices y no es fácil encontrar alimento para las neuronas. Gracias. Un verdadero profesor como usted, no requiere de un aula, solo de una audiencia…aquí estamos…atentos…
ResponderEliminarEsto es la consecuencia de un país en el que se han subvertido los roles y las jerarquías. En las cárceles mandan los presos en vez de los guardias, en los liceos mandan los alumnos en lugar de los profesores. Se ha confundido autoridad con autoritarismo. En las aulas se ha configurado un entorno en el que es imposible transmitir ninguna clase de contenido. No se puede expulsar a un alumno de clase, aunque impida el funcionamiento del curso. Se ha renegado tanto del uso de la fuerza en respaldo del derecho que se ha terminado negando el derecho porque la fuerza es el respaldo último del derecho y quien renuncia a aplicar la fuerza , en última instancia está renunciando al derecho. El orden es primordial para el funcionamiento de la vida en comunidad y también en libertad. Las formas y las jerarquías constituyen herramientas para el funcionamiento de la sociedad. ahora ya en el desmadre de la permisividad en procura de alcanzar la expresión máxima de la libertad, estamos llevando a su fin nuestra cultura occidental tal como la conocíamos hasta ahora.
ResponderEliminarChapeau!!! Profesor Leonardo!
ResponderEliminarSoy docente en una escuela de negocios en España y ya me estaba frustrando con los alumnos, y estaba pensando exactamente en tirar la toalla, en desaparecer de este sector que por desgracia ya está siendo poco gratificante. Los alumnos no se dan cuenta del daño que hacen en clase usando sus smartphones. Lo que años atrás eran clases muy dinámicas e interesantes, los alumnos de hoy día han perdido todo su interés. Parecen cerebros consumidos por haces de luces venidos de sus móviles.
Ánimo y a seguir adelante!