Y supongo que a todos los que leen les parece bien que así sea, que nadie castigue a Rondán o a Scavarelli por ejercer su legítimo derecho de elegir lo que creen mejor para el país y de hacer lo que se les canta la gana.
Sendic, Vázquez, Scavarelli |
Obviamente, las decisiones políticas de una persona pública como Sarthou pueden ser discutidas. Pero lo que no se puede aceptar es la descalificación moral, el agravio personal, las amenazas y la presión para que se calle.
Ya bastante malo es andar por la vida considerando tener el monopolio de la verdad y la ética, creyendo que el cien por ciento de la verdad se acumula en una sola opción (la propia), como para además erigirse en censor de lo que deciden todos los demás.
Lo que algunos están haciendo con Hoenir Sarthou me recuerda lo muy triste que algunos hicieron, años atrás, con Hugo Batalla.
El fanatismo talibán no sirve para la democracia.
Acepten que la verdad no es una sola, que está repartida.
Crezcan.
Y si no pueden, por lo menos dejen que la gente sea libre.
Totalmente de acuerdo. Escribí en mi muro hace una semana algo por el estilo.
ResponderEliminarUna cosa curiosa, mientras militaron en el partido colorado, Glenda Rondán y Alberto Scavarelli, desde filas de izquierda eran acusados de fascistas, corruptos, ladrones y todo tipo de lindezas por el estilo, pero al pasar a adherir a la coalición de izquierda, parecería ser que hubiesen sido cubiertos por un manto sagrado que borró todos esos supuestos delitos y ya estén prontos para ser poco menos que beatificados.
Doble moral que le dicen...
ResponderEliminarscavarelli tiene una columna los viernes en musicalisimo. tenes que escuchar las cosas que dijeron de el algunos oyentes cuando decidió apoyar a tabare.
ResponderEliminarLos que somos auténticamente colorados, creemos en la libertad. Para nosotros es un valor superior. He ahí la diferencia.
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