18.12.08

"Historias tupamaras" presentado por Mosca, Posadas y Villaverde


Historias tupamaras, Libro. MLN tupamaros. Leonardo Haberkorn

El libro Historias tupamaras. Nuevos testimonios sobre los mitos del MLN fue presentado por Luis Mosca, Juan Martín Posadas y Ruben Villaverde. La ceremonia, moderada por el periodista Jaime Clara, se realizó el 8 de diciembre en el edificio anexo del Palacio Legislativo.
Lo que sigue es parte de las intervenciones de los presentadores.

Luis Mosca (Economista. Subsecretario de Economía durante la primer presidencia de Sanguinetti, ministro de Economía en la segunda. Gobernador en representación de Uruguay ante el BID y el Banco Mundial. Hoy es director de Fides Consultores y ejerce la docencia en cursos de posgrado en la Udelar).

Creo que va a ser un libro muy polémico. Ya en el prólogo Haberkorn advierte que esta no es una historia del MLN, ni pretende serla. Ni siquiera hay una intención de hacer un relato alternativo a esa historia oficial sobre la guerrilla que, en medio de una nebulosa, se ha ido afirmando y pregonando en los últimos años. Pero debo decir: si bien no es una historia alternativa, se cuestiona a la historia oficial. ¿De qué forma? A través del testimonio de integrantes del MLN, varios de ellos con responsabilidades de dirección, que relatan sus vivencias. Y son, como escribió Leonardo, vivencias concretas de personas concretas. Son personas que hoy integran las más variadas opciones del arco político que hay en Uruguay: desde los partidos tradicionales, pasando por el Partido Independiente y el propio Frente Amplio. Que compartan un pasado común, pero cuyas vivencias e interpretaciones son distintas a la interpretación oficial del MLN. Su testimonio es esencialmente una apuesta valiente a mirar hacia el futuro. El propósito es transmitirle a las nuevas generaciones cuál es realmente el costo del camino que ellos oportunamente emprendieron. Es finalmente una apuesta valiente a asumir un fuerte compromiso con la denostada democracia formal, con la garantía de la libertad.
Haberkorn presenta estos testimonios de una forma muy especial. En vez de presentar entrevistas sobre distintos tópicos a estas personas, lo que hace es agruparlas en seis temas, en seis mitos, en seis áreas donde se ha dado por cierta una interpretación de los hechos. Y el aporte precisamente está ahí: en mostrar vivencias, interpretaciones distintas. Si ustedes quieren, son testimonios que apuntan a quitarle ropaje mitológico al MLN. Aquí lo que ustedes van a encontrar son testimonios de hombres de carne y hueso, con sus virtudes, con sus miedos, advirtiéndonos de actitudes delirantes, sufriendo la permanente tensión entre la causa política y la familia, con los dramas que eso apareja. Confieso que a medida que uno va leyendo a uno le va quedando claro: aquí no hay nada de gloria, no hay literatura de la virtud, son relatos en clave de dolor, en clave de frustración. No hay una visión idílica de lo que significaba la lucha armada. Son, finalmente, testimonios que cuestionan algunos mitos de la historia oficial. Pero, una vez más, no en el afán de reescribir la historia del MLN, sino puesta la mirada en el futuro.

Juan Martín Posadas (Ex senador por el Partido Nacional entre 1985 y 1990. Ex presidente del Sodre entre 1990 y 1991. Integró el directorio del Partido Nacional. Hoy escribe en la página editorial del diario El País).

Cuando recibí la invitación de Haberkorn para presentar el libro, me vinieron a la cabeza una serie de reflexiones o impulsos. La invitación me despertó cosas, me revolvió cosas que tenía adentro. Me volvió a la mente lo que yo pienso del fenómeno tupamaro y de aquella época del Uruguay. Aquel movimiento tupamaro despertó un entusiasmo tremendo, muy idealista, sustentado por un análisis de la realidad uruguaya infundado, disparatado, completamente desencontrado con la realidad del país, y a la postre produjo mucho daño. Todo esto me venía pasando por la cabeza cuando empecé a leer. Leí el prólogo. Y cuando llegué al final del prólogo, hay una parte que dice que este libro es para aquellos que son capaces de indignarse. Y yo ya estaba indignado, había vuelto a hacerle lugar a una vieja y familiar indignación: la que me provoca la apropiación indebida de la historia y los usos subalternos a los que se la somete. Durante el autoritarismo militar se procedió a escribir una historia desde el poder. El propósito obvio era capturar de una forma oficial el relato de los hechos y los registros de la memoria de aquella época. Fue una forma más de ejercicio crudo del poder. Después del triunfo electoral del Frente Amplio, también se ha procedido a establecer una historia oficial desde el gobierno (…) Hay que tener en cuenta que lo importante de estas historias oficiales no es la recopilación de los nombres, la lista de los hechos y las fechas de las batalles. La preocupación principal de las historias oficiales es establecer quiénes fueron los villanos y quiénes son los héroes. Y esta historia oficial de hoy no tiene otro propósito que invertir los lugares de la historia oficial de ayer: los villanos de hoy son los héroes de ayer, y viceversa. De más está decir que, en mi criterio, la historia oficial de hoy tiene tan poco valor como la de ayer.
Después de este repaso, comencé a leer el libro. Y el libro me impresionó. Me impresionó todo lo que el Uruguay fue capaz de hacerse a sí mismo, y las fundamentaciones por las cuales eso sucedió. Hay en eso un trabajo serio de Haberkorn. No es un libro de esos que hemos conocido en esta época: un tipo va con un grabador, le toma declaraciones a cinco o seis personas, después manda desgrabar, firma y dice que hizo un libro. Esto es un trabajo, es un libro que tiene un ordenamiento de los temas, una confrontación de los testimonios que recoge con los documentos existentes y con otros libros que se han escrito referidos a este tema. Y eso es lo que lo hace, entre otras cosas, importante.

Ruben Villaverde (Ex secretario general de la Federación de Funcionarios de OSE. Ex integrante del Secretariado Ejecutivo del PIT-CNT. Preso político durante cinco años en la dictadura, integró el Partido Comunista hasta que renunció tras la caída del Muro de Berlín. Hoy es un frenteamplista que no adhiere a ningún sector en particular).

La historia reciente es una cosa que debe tenerse el valor de encarar, analizar y estudiar. Pienso que por mis hijos yo debía prestar mi testimonio hoy sobre este libro, que me pareció brillante. Y, más allá de que muchos lo van a tomar con rechazo, muchos lo van a creer oportunista porque es un momento especial, yo no lo sentí oportunista. Lo sentí un libro que aporta a la comprensión de un momento especial de nuestra historia, que pone en tela de juicio un montón de cosas que efectivamente no debe permitirse que se cuenten como no ocurrieron, y que le hace bien al propio MLN.
Yo fui siempre de los que luché para que el MLN no tomara las armas para llegar a donde pensaba que había que llegar. Fui de los que pensé que estaban políticamente equivocados, que partían de un análisis incorrecto de la realidad y por eso hacían lo hacían. Y me alegro que hoy estén donde están, me alegro que hayan optado por el camino de la democracia, me alegro que el pueblo los haya elegido. Lo que me preocupa, sí, es que algunos quieran cambiar su propia historia. Y lo peor es que me la pidan prestada a mí sin permiso. Porque en definitiva se trata, y lo digo con el mayor de los respetos, de concepciones que no eran las de ellos. Y que yo no veo por qué tienen necesidad de cambiar su historia.
¿Cuáles eran las cosas por las que luchábamos y por las cuales debemos seguir luchando? Hoy estamos pasando una crisis del capitalismo mundial. Hay 950 millones de hambrientos. Hay 4.750 millones de pobres. Hay 1.500 millones de desempleados. El 50% de la mano de obra activa está subempleada. El 45% de la población mundial no tiene acceso directo al agua potable. Ciento trece millones de niños no tienen acceso a la educación básica. Ochocientos setenta y cinco millones de adultos son analfabetos. Doce millones de niños mueren al año como consecuencia de enfermedades curables. Trece millones de personas mueren al año por el deterioro del medio ambiente. Y 16.306 especies están en vías de extinción. No es cierto que los comunistas, los socialistas, los anarquistas, el MLN nos levantábamos contra la democracia burguesa o el sistema democrático republicano. Nos levantábamos contra este sistema. Esto existía antes de la caída de los bancos. Y me duele que compañeros de esa lucha hoy renieguen de los hechos, de que se levantaron contra estas injusticias, y nos quieran hacer creer a todos que tomaron las armas equivocadamente por otras razones.
Yo hice autocrítica. Yo era comunista, creía en el marxismo leninismo. Pero la vida me demostró que el leninismo estaba equivocado, que el partido único conduce a las más aberrantes dictaduras. Estaba equivocado cuando impulsaba la dictadura del proletariado. Hice autocrítica y la hice públicamente, me terminé yendo del partido, como tantos compañeros que entregaron su libertad y sus vidas en el convencimiento de que estaban luchando por algo justo. Pero yo no reniego ni de la estrategia que nos dimos en Uruguay, pensando que el camino que teníamos que recorrer no era la lucha armada. Y no lo pienso ahora.
Hace años Haberkorn me hizo una entrevista en Tres sobre la visita del Che Guevara a Uruguay. Y a mí me impactó lo que dijo el Che aquí en 1961: que la Revolución Cubana había tomado las armas, había hecho lo que había hecho, había bañado de sangre la isla, pero nos pedía a los uruguayos que cuidáramos lo que teníamos, que se sabía cuando se disparaba el primer tiro pero no nunca se sabía cuando se tiraba el último. Eso reafirmó todas mis convicciones de que el camino era profundizar la democracia. (…) Creo que ni los mismos tupamaros se creen que ellos no precipitaron o ayudaron (al ascenso militar). Está recogido en el libro y era así. Pensaban que cuanto peor mejor. Pensaban que los caminos que nosotros le decíamos a los trabajadores que eran justos no lo eran y que retrasaban la revolución. Y así teníamos que bancar en las asambleas los cantos: “basta ya de dialogar, dennos armas pa´ luchar”, “traidores”, etc., etc. Sin embargo, yo siempre les tuve muchísimo respeto a los compañeros porque entendía que aún desde el punto de vista equivocado se enfrentaban a la vida lealmente y luchando contra aquello que existe hasta hoy: un sistema que lleva a estas cifras.
Los procesos democráticos harán que en definitiva nos encaminemos hacia un futuro mejor. Y este libro es importante en el momento en que aparece porque, con la situación crítica que vive el mundo y también nuestro país, no es descabellado pensar que de un comiencen a florecer ideas similares o parecidas a las de aquellos años, en la izquierda o la derecha. Y es bueno repasar un libro muy bien escrito, que pone las cosas en su debido lugar y que permite a un montón de jóvenes que no vivieron aquellos años evaluar en todos sus términos y en su cabalidad lo que ocurrió.

15.12.08

"Historias tupamaras": Comentarios y entrevistas


Críticas al libro Historias tupamaras y entrevistas al autor:

Historias tupamaras, crítica, comentarios











 
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El periodista Mauricio Almada, en el programa Asuntos Pendientes de radio El Espectador, le pregunta al senador Fernández Huidobro si leyó Historias tupamaras.
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Reseña del periodista Gonzalo Delgado en la revista Sala de Espera:

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Historias tupamaras. Gonzalo Delgado

Comentario en el blog Un millón de moscas, de Argentina:

Comentario del historiador José Rilla y el politólogo Daniel Chasquetti en la presentación del libro en el programa No toquen nada, en Océano FM:

Comentario de Ruben Villaverde, Juan Martín Posadas y Luis Mosca en la presentación del libro en el Palacio Legislativo.

12.12.08

"Historias tupamaras": opinan Rilla y Chasquetti

Lo que sigue es la reproducción de lo dicho en una mesa redonda realizada a modo de presentación de mi libro Historias Tupamaras: nuevos testimonios sobre los mitos del MLN en el programa “No toquen nada”, de Océano FM, el lunes 8 de diciembre, con el historiador José Rilla, el politólogo Daniel Chasquetti y el periodista Joel Rosenberg.

Rosenberg: preguntémosle a Chasquetti, en su condición de politólogo, y a Rilla, como académico, qué hay de nuevo acá, que pueden aportar estas Historias Tupamaras.

Chasquetti: este es un gran libro, por varias razones. Primero porque está escrito desde el periodismo, pero de manera prolija, ordenada, sistemática, bien escrito. El método que utiliza Leonardo es fantástico. El libro está ordenado en capítulos, porque el libro está ordenado en seis mitos, los cuales son presentados por sus constructores: Mujica, Rosencof, Fernández Huidobro, la historiadora Clara Aldrighi.

Rosenberg: -Historiadora que integró además el MLN.

Chasquetti: Y que escribió una obra muy influyente en esta reconstrucción histórica. Pero lo que deja en claro Leonardo a través de testimonios y de una reconstrucción muy fina, porque no solo se basa en esos nueve testimonios…

Rosenberg: Hay muchos documentos.

Chasquetti: Hay mucha información, ahí muestra Leonardo todo su oficio de investigador. Lo que hace Leonardo en cada capítulo es desmontar ese mito. Lo cual a mí me parece que es una tarea que excede largamente la labor del periodista, porque ya asume las herramientas y las armas de los cientistas sociales y los historiadores, que tenemos normalmente este tipo de metodología.
Daniel Chasquetti Historias tupamaras, MLN, tupamaros
Daniel Chasquetti
Lo segundo que quería decir es que es un libro muy triste, porque nos obliga a mirar nuestro pasado y ver como una generación de jóvenes se embanderó con una idea que podía parecer muy loable, pero que generó consecuencias dramáticas, que todavía hoy vivimos y sobrellevamos. Me parece que el libro deja muy claro que en verdad Uruguay se podría haber evitado muchas cosas si esta idea de hacer la revolución armada en un país como Uruguay, si estos jóvenes le hubieran hecho caso al Che Guevara, Uruguay se hubiese podido ahorrar mucha cosa.

Rosenberg: Cuando vino en el 61.

Chasquetti: Claro, el Che Guevara vino a Uruguay y en una conferencia en el Paraninfo de la Universidad dijo que no tenía mucho sentido levantarse en armas en una democracia donde funcionaban las instituciones y había libertad. Y esa sensación te queda con este libro. Las historias personales de estos nueve tupamaros son bastante tristes, dramáticas, y me parece que son un retrato de los últimos 30 años de nuestro país.

Rilla: Yo comparto esto que decía Daniel. Es un libro que yo me lo devoré en un día. Y creo que eso le va a pasar a cualquier lector más o menos interesado y honesto. Lo va a leer con mucha avidez. A mí me dejó una sensación ambigua. De tristeza, por aquello de que fue capaz el Uruguay. Hasta me animo a decir, yo que no tuve nada que ver pero me siento parte de eso: aquello de lo que fuimos capaces. Por otro lado, el libro me dejó una sensación de alivio, porque es muy bueno que estas cosas se cuenten, se relaten. No con la pretensión de hacer la última y definitiva historia de este proceso. Se equivocará aquel que piense que esto cierra la narración, la comprensión histórica. No, no, no la cierra. Creo la reabre de una manera muy significativa, que son cosas muy distintas. Uno siente el alivio de ver, desde la otra cara de la luna, como se podían ver las cosas. El punto de partida es un punto terrible, porque es como si la guerra siguiera. Cuando un entrevistado dice: “esta persona es un traidor”, está hablando el lenguaje de la guerra y me parece que es muy inteligente empezar a tirar de esa piola, como lo hace Leonardo, y atravesarla por la idea de los mitos. A mí esa es una cosa que me parece muy interesante, la cuestión de los mitos. Porque los mitos son muy importantes. En el lenguaje vulgar tendemos a hablar mal de los mitos, pero los mitos son relatos muy potentes de los orígenes de las cosas. Entonces, yo no sé qué me da más rabia cuando leo este libro: la mentira con la que hemos convivido, o el hecho de que la mentira haya sido creída entusiastamente por miles y miles de personas. Para un investigador, el segundo desafío es mucho más pesado que el primero. Porque podemos descubrir que tal o cual cosa no era así: este libro lo demuestra. Pero tenemos inmediatamente un problema: ¿cómo explicamos, y ahí está la fuerza de los mitos, que esto haya sido entusiastamente creído por tanta gente hasta el día de hoy? Eso es lo que a uno lo perturba.

Rosenberg: Lo del día de hoy es fuerte porque seguimos conviviendo con algunas de esas historias día a día, en los medios de comunicación. Los seis mitos son:
1) El MLN nació para enfrentar el golpe de estado
2) El MLN es totalmente inocente del ascenso militar
3) El MLN perdió por motivos ajenos a su propuesta política.
4) El asesinato de Pascasio Báez fue un error.
5) El MLN como modelo de virtud y ámbito de felicidad total.
6) Los renunciantes de 1974 le pegaron un tiro en la nuca al MLN.


Rosenberg: vamos a hablar del primer mito, obviamente no vamos a poder hablar de todos: el MLN nació para enfrentar el golpe de Estado. ¿Cuándo nació y para qué nació el MLN?

Chasquetti: Este es uno de los mitos más asombrosos, porque lentamente fue ingresando en la política uruguaya este discurso de que el MLN tenía como objetivo la autodefensa de los movimientos populares y sociales. Y cuando uno lee mínimamente cualquier obra de historia, sea de un historiador de gran reputación o de un desconocido, casi todos llegan a la misma conclusión: el MLN nació en el año 61-62 cuando la idea del golpe de Estado estaba lejos. Es cierto que en el 64 comienzan a surgir rumores, incluso la CNT y el Congreso del Pueblo toman decisiones de que hacer si efectivamente había un golpe de Estado. Pero cuando eso ocurre el MLN ya estaba creado y eso está en los testimonios de los propios integrantes. Yo creo que este mito está muy bien demostrado. Y lo curioso es que si lo vemos así parece una cosa sencilla. Y sin embargo yo escuché a Mujica, a Huidobro, decirlo durante los últimos meses, en charlas, en discusiones. Hay otro mito, del cual Leo no se ocupa, que es que el MLN contribuyó a la fundación del Frente Amplio, lo cual es un disparate porque en realidad a buena parte de la dirección del MLN, sobre todo a Sendic, el Frente Amplio no le caía nada en gracia. Y sobre todo porque el MLN tenía muchos militantes que venían de una raíz nacionalista, no era solamente un grupo de personas provenientes de la izquierda. Entonces, en los últimos años Huidobro y compañía se encargaron en los últimos diez, quince años, escribiendo libros, escribiendo columnas en los diarios, de ir modificando la historia. Yo creo que este libro viene a hacer justicia. Como dice Luis Nieto, uno de los entrevistados: él en un momento utiliza la imagen de que la historia del MLN está envuelta en una gran neblina. Yo creo que está sucediendo eso. Y este libro nos ayuda y nos permite mirar mejor este problema.

Rosenberg: Hablando de este mito, más allá de los testimonios, hay muchos documentos, el documento uno, las 30 Preguntas a un tupamaro de Sendic. El mito está contrarrestado con documentos.

Rilla: Que son demoledores. No son documentos desconocidos para el análisis de este proceso. Habían sido transcriptos en otros textos, pero en otros contextos también. La documentación nunca se coloca de manera ingenua o inocente. Y en todo caso prueba de que no es posible, en este libro se demuestra y en otros libros que han sido bastante maltratados ocurre lo mismo, no hay posibilidad alguna desde el punto de vista empírico inscribir la emergencia del MLN en la tradición de las luchas por la democracia. No hay ninguna posibilidad. Hay tupamaros que saben eso perfectamente y que se han colocado en la otra esquina del ring y reclaman a la actual dirección una fidelidad a la historia. Cuando uno escucha a Zabalza, lo que dice respecto al origen y al transcurso, puede ser efectivamente –como yo lo creo- una demencia lo que él dice, pero dice la verdad. Le está reclamando a los jefes históricos del MLN una fidelidad a la historia de la cual coparticiparon. Le dice: Mujica, por favor, usted está cambiando la versión de los hechos, yo me acuerdo; perdón, Fernández Huidobro, qué me está diciendo, yo me acuerdo, yo estaba allí igual que usted y no decíamos esto.

Rosenberg: Había sido una única voz. Acá aparece un racimo de voces.

Rilla: Un racimo de voces que tiene la ventaja de haberse dispersado luego y estar diseminados en actividades bien diferentes, en oficios bien diferentes, que tienen una relación con la política también distinta, y cierta distancia, cierta capacidad para decir: “en qué locura nos metimos”. Y más que eso, que es un paso moralmente más importante: “en qué locura metimos al país, al Uruguay”. Cuando leo esto y veo que eran chiquilines de 18, de 19, de 20, 21 años, me cuesta imaginarlo. La fuerza que tenía la idea de la insurrección armada era muy seductora. Me parece que queda bastante bien en este libro la posición que tenía al respecto el Partido Comunista, que es como la otra historia de la familia. El Partido Comunista que decía que no había las más mínimas condiciones para esto. Los tupamaros parecen decir: a nosotros no nos importaba demasiado todo el tema de la teoría, nuestra teoría es la acción, como sabemos que se decía. Por lo tanto nuestras lecturas, nuestros estudios eran limitados, a pesar de que pertenecían a la burguesía, a la clase media más o menos ilustrada. La proporción de obreros era mínima.

Rosenberg: Y los peones rurales tampoco los acompañaron.

Rilla: Tampoco. Creo que este libro relativiza un tanto las afirmaciones de la investigación de Hebert Gatto, acerca del peso que el marxismo leninismo tenía en la formación del MLN. No sé si es efectivamente correcto, pero es muy interesante como discusión. ¿Pesaba más el tema ideológico? ¿O pesaba mucho más en el MLN la pasión por el mando, por el poder? Esto que todavía hoy escucho, y me eriza la piel, cuando se habla de los presuntos fracasos del gobierno, se dice: lo que pasa es que tenemos el gobierno, pero no tenemos el poder. Eso lo escuchamos hoy. Y eso es una locura, pero eso no nació hoy, eso está en aquel momento.

Rosenberg: Hablemos del quinto mito: el MLN como modelo de virtud y ámbito de felicidad total.

Historias tupamaras. MLN tupamaros. Leonardo Haberkorn
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Chasquetti: Ese capítulo para mí es asombroso, porque arranca con un testimonio de Yessie Macchi sobre la felicidad y plenitud que el militante puede adquirir al momento de entregar sus vidas, sus horas, su tiempo a la causa. Sin embargo, las opiniones que vienen luego son tremendas. Yo creo que este no es un problema solo del MLN sino de todas las organizaciones que cooptan a sus miembros y los vuelven full time. Esto pasa también con militantes de sectas, es una situación bastante dramática. Me parece que ese capítulo está muy bien, porque lo que muestra es crudamente es la vida que llevaban muchos de los que entraban y luego no podían salir. Hay historias muy tristes, como la de Roque Arteche, un preso común que no tenía forma de salir. Y hay bastantes casos de este tipo. Ahí hay un punto fuerte del libro. Y me parece que a lo largo del libro Leonardo también desmonta esta idea, la de que la felicidad y la plenitud están en la organización. O por lo menos demuestra que el individuo también necesita lo colectivo, pero también su vida individual.
Rilla: (…) Yo conozco a varios de los que están aquí involucrados. De algunos de ellos, y no los conozco mal, los conozco bastante bien, no sabía las historias. Realmente me dejó aterrado. Es decir, en este libro descubrí cosas que le habían ocurrido a personas a las que conozco, a las que conozco más o menos bien, aunque en realidad no las conocía tan bien. ¿Qué le ha pasado al Uruguay que una persona a la que yo me considero cercano no me había relatado lo que le relata a Leonardo? Por eso decía que este libro me deja un poco triste a la vez que aliviado, porque me cuenta una historia que quería escuchar. También creo que es un libro que nos obliga, nos obliga a seguir revisando, a seguir pensando en estas cosas: no a cerrarlas. Y obliga a otros. Porque este libro termina con una especie de ejercicio de fantasía que hace Rodríguez Larreta, pensando en llenar el estadio Centenario, con todos los que de una manera directa o indirecta estuvieron involucrados en aquellos años: que vayan, confiesen lo que hicieron y después es vayan para su casa. Me hace acordar al trámite que tuvo en Sudáfrica esta situación. Y yo creo que este libro obliga a otros a decir. Aquí hay todas una Fuerzas Armadas que no hablan. No hablan. Entonces yo también creo que este libro es una contribución a que hablen.