16.12.24

Cada vez menos periodismo

Más allá de aciertos y errores de los periodistas que estaban al frente de esos espacios, el cierre masivo de espacios periodísticos que hemos vivido en los últimos días es triste y preocupante.

Es también la confirmación de una tendencia que ya lleva demasiado tiempo arrastrándose: el periodismo, en Uruguay, es hoy un ejército que se bate en retirada. El problema es que no existe una democracia que pueda funcionar sin una ciudadanía informada. Y -aunque hay quienes piensan lo contrario- en esa tarea el periodismo sigue manteniendo un rol clave.

La preocupación por las últimas bajadas de cortina se acrecienta cuando se exhiben los planes que de ahora en más seguirán las empresas que optaron por estos cierres.

Sobre la clausura de Santo y Seña, Canal 4 dijo en un comunicado que "ha decidido orientar su producción y realización de contenidos hacia formatos de entretenimiento y concursos de reality".

En el caso de la radio El Espectador, los dueños de la empresa Magnolio decidieron saltar olímpicos por sobre su historia centenaria y transformarla en una radio cien por ciento dedicada al deporte y al periodismo deportivo. La programación entera.

En otra época, decisiones y argumentos de este tipo serían una mancha ante la opinión pública. Ahora se anuncian sin pudor. Se suman a un panorama informativo tapizado por debates políticos de cuarta, una cadena sin fin de homicidios narcos, abusos sexuales infantiles, gente pobre que muere al incendiarse su casa, récords de ausentismo escolar, postulantes a maestros que no saben leer, buenos vecinos que colocan trampas mortales en la vereda y hasta empresarios que prenden fuego la casa de un competidor porque sospechan que les hizo "magia negra". 

Ignorancia, incultura, miseria, corrupción, clientelismo, ineficiencia estatal. El Uruguay de hoy.

¿Para qué necesitaríamos más y mejor periodismo?

Los programas de entretenimiento y sobre fútbol no tienen nada de malo. El problema comienza cuando su proliferación se lleva puesta una función esencial de los medios de comunicación, que es mantener a la ciudadanía informada sobre la realidad y, si es posible, también contribuir a elevar el nivel del debate y de la educación ciudadana.

Tenemos demasiados temas graves sobre la mesa.

Y cada vez menos espacios para informarnos sobre ellos y poder discutir cómo solucionarlos.


 

 

 

 


7.12.24

Otro Hitler uruguayo

El colega Pablo González, de Cerro Largo, me envía el siguiente aviso fúnebre publicado el 5 de diciembre en el portal de la emisora La Voz de Melo.

 

Franco Hitler Fuentes, gente llamada Hitler, Cerro Largo

Nacido en 1938, Franco Hitler Fuentes Figueroa se suma así a la lista de uruguayos bautizados Hitler consignados -y entrevistados- en la crónica El último Hitler uruguayo, publicada por primera vez en 2007 en la revista peruana Etiqueta Negra

La fecha de nacimiento del nuevo Hitler (1938) y el adicional nombre de Franco, coinciden con la explicación que el historiador José Rilla daba en aquella crónica para la emergencia de estos nombres tan particulares en el Uruguay de entonces.

Otro caso de nombre curioso con idénticos apellidos -aunque sin parentesco entre sí- es el de Romel Artigas Franco Figueroa, fallecido años antes. Este aviso se publicó el 30 de octubre de 2014 en el Diario Oficial, anunciando la apertura de su proceso sucesorio.


Romel Artigas, Rommel

Romel parece invocar con seguridad al general nazi Erwin Rommel, el "Zorro del Desierto", célebre por su campaña militar en el norte de África durante la Segunda Guerra Mundial. Artigas se habría colado entre la predilección por grandes líderes fascistas de los padres de estos dos niños, que no eran parientes, pero mantendría esa línea de reverenciar los grandes liderazgos políticos que existía en los años 30 y de la que hablaba Rilla.

 

Leer también: El último Hitler uruguayo.

3.12.24

La derrota de la Coalición y el Partido Nacional

Integrantes de la coalición de gobierno, y en especial del Partido Nacional, han ensayado en estos días innumerables esbozos de análisis y autocríticas respecto a por qué perdieron la elección nacional.

Varios de ellos merecerían un análisis detallado en sí mismos. La mayoría -con razón o sin ella- se centran en el tono de la campaña desplegada por el candidato Álvaro Delgado, sus opciones políticas, o también en factores externos, algunos tan rebuscados como la supuesta injerencia negativa de los funcionarios del BPS o la DGI.

En el programa Séptimo Día, de Teledoce, intenté poner sobre la mesa de análisis dos ideas-fuerza muy potentes de la política uruguaya que el gobierno del presidente Luis Lacalle Pou casi que tenía la obligación de derribar si pretendía conseguir un período más.  

En ambos casos, por motivos diferentes y en distinto grado, esa misión no logró completarse o cumplirse. Y pienso que ahí hay una explicación importante para la derrota.