Sin embargo, fuimos tres veces al Centro Militar. Porque antes de las dos oportunidades en las que hablamos con Paulós, debimos ir a dejar nuestras cédulas en la portería de la institución. Ese, nos habían dicho, era un requisito imprescindible para poder acceder al militar.
No fue un pedido casual. Cuando Paulós nos recibió en el primer encuentro, nos saludó por nuestros apellidos y le hizo notar a Diez de Medina que conocía bien la historia de su padre, un militante político boliviano que se había exiliado en Uruguay.
Intentaré en breve subir a El Informante un fragmento de aquella conversación. Pero hoy la recuerdo porque desde aquel lejano y tenso reportaje en ninguna otra oportunidad se me había exigido identificarme antes o durante una entrevista. Hasta que hace unos días, en el programa Suena Tremendo de radio El Espectador, le pregunté sobre Cuba al senador comunista Eduardo Lorier. La grabación de la charla está aquí:
Felicitaciones Leonardo por mantener tanta compostura frente al atropello de la necedad.
ResponderEliminarQue increible saber que este señor gana un disparate de dinero por mes y se lo estamos pagando todos. Muy buena la nota y adhiero al comentario anterior sobre la compostura y la necedad.
ResponderEliminaralguien le pasó el famoso rasero por las ideas a este representante nacional
ResponderEliminarfelicitaciones por la paciencia y la compostura frente a este necio
por suerte vivimos en democracia sino te manda a buscar
El argumento se traduce en: ¿hay violaciones de DDHH en Cuba? Eso es relativo, pero hay otros que son igual o más malos, así que no decimos nada de Cuba, porque los americanos hacen cosas malas, muy malas. ¿Por qué no condenamos a Cuba?, eehhh, este, los americanos son malos, y hay más gente que hace cosas malas.
ResponderEliminar